Al llegar en mi habitación, pude finalmente relajarme. Con pasos largos he caminado hasta mi cama, y me he dejado caer en esta. Ya sabía que hablar con Caleb era tan parecido como hacerlo con una pared, también, no podía evitar enojarme ante su actitud controladora. Si tanto le importaban las apariencias debía saber que al menos yo, si sería discreta. Tuve que hacer un gran esfuerzo para no decirle que me encontraba con Henry. No es que tuviera la intención de que le arruinara el día al pobre, podía comprender un poco Más al menos por todo lo que ha tenido que pasar Henry al lado de Caleb. Menos mal me había dado cuenta la clase de persona que era mi supuesto perfecto esposo, un hombre manipulador, egoísta y mentirosos es lo que se esconde detrás de aquella mascara de aparente felicidad.