Caleb se mantiene acorralándome contra la pared de la cabaña, tiene una sonrisa torcida en su rostro y no deja de mirarme con intensidad, pareciera que sus palabras son dichas de manera seria. ¿Acaso había perdido la cabeza? ¿Creía que por ser su esposa era de su propiedad? esto solo era un matrimonio de apariencias y por contrato, nada más importaba más que la apariencia. No sería suya, jamás permitiría que hubiera algo entre nosotros, nada que no fuera actuar delante de la misma sociedad. Era ridículo pensar en que Caleb Jones, aquel hombre que se me presento como mi esposo, realmente empezara a sentir que le pertenecía, teniendo en cuenta que él tenía una amante, sus palabras no hacen más que asquearme, y es que él se sentía en el derecho de mandar en mi vida, cuando, desde el princip