Había logrado que Caleb me dejara en paz con el tema de mis flores —el cual era un hermoso regalo por parte de Henry— pero lamentablemente sabía que estas no dudarían tanto tiempo como me gustaría. Así que logre convencer a Douglas para que las plantara en un espacio privado para mi —una especie de invernadero en el cual yo estaría casi todo mi tiempo—deseaba ver como aquellas flores crecían y permanecían en la vida. Así que, contenta con el resultado me he sentido mejor. Transcurrieron unos días, y los días se volvieron unas cuantas semanas, estaba bastante aburrida en casa, no tenía cosas que hacer, luego de ocuparme de mis flores por unas cuantas horas, no tenía algún otro pasatiempo, los libros que tenía en la biblioteca ya me los acabé. Entre suspiro, decido que, es momento de hace