YILEYNA "Obviamente. No hay forma de que una mujer sin lobo valga algo más para mí que ser un objeto para usar y desechar cuando haya terminado." Sus palabras resonaron en mi mente, y suspiré mientras cerraba la puerta suavemente tras de mí. Miré alrededor de mi cabaña, sintiéndome agotada, y me dejé caer en la cama. Su aroma aún perduraba. Cerré los ojos, sin querer pensar en nada, pero no podía evitar que los pensamientos revolotearan en mi mente. A veces, parecía que él se preocupaba... y luego, en otros momentos... Me acurruqué en una bola, respirando profundamente y de manera constante. No permitiría que eso me afectara. Un suave golpe en la puerta me hizo suspirar. —Estoy tratando de dormir ¿Qué pasa?—grité, sin ganas de hablar con nadie, pero sabía que era Charlene. —Ábreme,