YILEYNA Mi atención se centró en la puerta, para ver a Ailema parada allí, sosteniendo una cesta en sus manos. —Oh, lamento entrometerme, solo necesitaba agarrar algunas papas... Sonrió mientras bajaba los escalones, sus ojos alternando entre mí y la sangre en los labios de Theon. Me atreví a mirarlo, justo a tiempo para verlo pasar el pulgar por su labio, limpiando la mayor parte de la sangre. Sus fríos ojos ámbar se posaron en mí, en el resplandor naranja de la linterna parecían arder como brasas, haciendo que mi estómago se agitara de nervios. Su lengua recorrió su labio ensangrentado. Esta conversación no había terminado... Lo sabía. —Ah joven comandante, ¿podrías ayudarme con esto? —Ailema preguntó mientras intentaba arrastrar un saco grande de papas. Oh, ella podría arrastra