○○◘◘••♥♥♥••◘◘○○ [Ximena] Limpio las lágrimas que bajan por mis mejillas, al terminar de escuchar la historia de Donna, y es que, no me imagino la impotencia y el dolor que debió sentir al haber sido engañada de semejante forma, por alguien que la ilusionó de todas las formas posibles. Un sollozo llama mi atención y al voltear, está Fernando sentado en posición fetal sobre el sofá y tiene su rostro oculto entre sus rodillas. Siento una horrible presión en el pecho y antes de acercarme a consolarlo, lo hace su mamá. Ambos lloran y se abrazan con fuerza. Siento que es un momento tan privado, que me levanto con cuidado del sofá y comienza a caminar hacia el jardín. —¡Debiste abortarme! —grita Fernando con una frustración y dolor que jamás imaginé escucharle. Donna lo regaña po