Los ojos de Zayn se posan en la joya asombrado.
─Póntelo mami ─pide emocionado y comienza a dar brinquitos. Asiento esbozándole una sonrisa para deslizar la argolla en mi dedo anular. Veo cómo se denota y me calza a la perfección, arrugo mi cejo al percatarme de que supo mi medida exacta. «¿Por qué hizo esto? No era necesario, si solo es por negocios» pienso sintiéndome extraña, nunca recibí algo así─. ¡Lindo y brilla! ─Comenta mi pequeñín para que se lo enseñe mejor.
─Sí…es hermoso ─murmuro pestañeando con mis ojos un poco humedecidos. Me levanto inclinándome hacia Zayn para darle una sonrisa─. Te llevaré a guardería, será el último día allí, te lo prometo ─comento y mi hijo asiente decidido.
─Jugaré con los tontos ─expresa y beso sus mejillas.
─Gracias por ser el mejor ─digo dánd
