Punto de vista de Michelle
Tan pronto como el Alfa y la Luna se alejaron lo suficiente, Layla comenzó a quejarse y protestar.
—¡De toda la maldita insolencia! ¿Cómo se atreve a anunciar a esa mocosa como la Luna? ¡Ese lugar me pertenece por derecho!
—En serio, ni siquiera eres su pareja —le digo.
—Sí, necesitas controlarte antes de que te destierren —dice Cindy.
—¡Le entregué mi virginidad! ¡Eso tiene que contar para algo!
—Nadie te dijo que abrieras las piernas para él, puta —le dice Sierra.
—¡He estado enamorada de Wyatt desde que tenía 16 años! ¡Rechacé a mi pareja por él! Le di el mejor placer que cualquier lobo pudiera desear y después de eso, como si ni siquiera existiera para él. Luego, un año después, de la nada, esta mocosa prematura aparece y reclama lo que legítimamente
