Punto de vista de Ash
—Así es, chúpame la polla —le digo a mi próxima víctima.
Ella se ríe y gime mientras me la chupa. Esta sabía lo que hacía. En ese momento, alguien golpea en mi puerta,
—¿Quién es? —llamo sin pensarlo.
—Soy Rylee —mis pensamientos se nublan cuando escucho ese nombre.
En ese momento, percibo su aroma desde más allá de la puerta. Era... maravilloso. Olía a rosas. Nunca pensé que el olor de las rosas podría ser tan dulce. Su olor me pone duro y estoy seguro de que la Omega piensa que es por su boca.
—¡Vete, perra! —grita la Omega.
—¡Cállate y sigue chupándomela! —le digo y le empujo la cabeza hacia abajo.
¿Por qué nunca pueden escuchar cuando les digo que no hablen? Me compongo y me recuesto, dejando que la Omega haga lo suyo.
—Entra, Rylee —después de un momento, la puerta se abre y su aroma me golpea como un ladrillo.
Su rostro, cuando ve lo que está sucediendo, refleja disgusto e irritación.
—¿Qué quieres? —le pregunto tratando de no excitarme con su presencia.
—Ya sabes por qué estoy aquí —responde sin emoción.
Sonrío, así que ella también siente que soy su pareja. Kano se agita en mi mente diciéndome que la reclame y la marque, pero no lo voy a hacer. Voy a seguir con mi plan y voy a rechazar a Rylee. A pesar de que quería hacerlo esta mañana en el desayuno, sabía que si lo posponía, cambiaría de opinión.
—Tú, cualquiera que sea tu nombre, lárgate de aquí —digo a la Omega. Ella levanta la cabeza, sorprendida.
—¿Qué?
—Me has oído, lárgate.
—¡Ugh! —gruñe y sale cerrando la puerta de un portazo.
Rylee mira la puerta y luego a mí. Maldición, ella es tan hermosa. No, no puedo pensar así. Necesito rechazarla rápido.
—Entonces, supongo que tú también lo sientes, ¿verdad? —le pregunto mientras me levanto, completamente desnudo y con una erección, refiriéndome al vínculo de pareja.
Ella ni siquiera se inmuta ante el hecho de que estoy completamente desnudo frente a ella.
—Sí.
—Bueno, lamento arruinar tus expectativas, pero si viniste aquí pensando que te aceptaría como mi pareja, estás completamente equivocada —Ella solo me mira con sus hermosos ojos marrones.
Pero algo está mal, no hay dolor en sus ojos. No hay sentimientos, en absoluto. No debería preocuparme, pero lo hace. Me sacudo ese pensamiento.
—Yo, Ashford Patterson, futuro Alfa de la Manada Halfmoon, te rechazo a ti, Ryan Lee, como mi pareja —digo tratando de ocultar el pesar en mi voz.
Ella me mira y sonríe. ¿Por qué está sonriendo?
—Gracias —responde.
—¿Qué?
—Gracias —repite —. No tienes idea de lo feliz que estoy de que me estés rechazando ahora mismo. Me estás ahorrando la miseria de estar atada a ti por el estúpido vínculo de pareja y la agonía de tener que ser la Luna de esta manada de inadaptados, perros mezclados y asesinos —dice con veneno en su voz. ¿Por qué no le duele? ¿Por qué sus palabras me lastiman?
—Rylee, ¿qué estás...?
—Yo, Ryan Lee Duquesne, hija del difunto Alfa Mitchell Jackson Duquesne de la Manada Silver Lake, acepto tu rechazo —Su aceptación me golpea como un tren de carga.
El dolor de la ruptura de nuestro vínculo me deja sin aliento y caigo de espaldas sobre la cama. Pero ella no está sufriendo, está bien. Ella es hija de un Alfa, ella es una Alfa por sangre.
Siento lágrimas en mis ojos, mi corazón se rompe y el suyo no. ¿Por qué soy yo el que está sufriendo? Kano aúlla de tristeza en mi cabeza. Gime. Mi lobo, mi lobo Alfa, gime como un cachorrito ante la pérdida de su pareja. Rylee niega con la cabeza y sale de mi habitación. Ella se ha ido. Eso es todo, mi pareja se ha ido. Quería hacerle daño y romperla, pero ella me rompió a mí en su lugar.
¡Te dije que no la rechazaras! Gruñe furiosamente
¡Nunca dijiste que ella era una Alfa!
¡Eso no debería importar! Su sangre y su rango no deberían importar. Fuimos su pareja. Debíamos amarla, apreciarla y protegerla.
Antes de que pudiera decirle algo, él me interrumpe. Él levanta su propio bloqueo. Ni siquiera sabía que nuestra contraparte lobo podía hacer eso. Intenté alcanzarlo, pero no pude. Mi propio lobo me estaba ignorando.
Punto de vista de Rylee
Después de aceptar su rechazo, me sentí liberada. Volví a la cocina y me puse a hacer el desayuno. Llevaba unos diez minutos de retraso, pero no era gran cosa. Mientras hacía el desayuno, podía sentir a Kaleigh gimoteando en mi mente.
Kaleigh, lo siento. No es tu culpa, él nos rechazó primero.
Pero acepté su rechazo sin luchar, y sé que te causó dolor.
No tanto como piensas. Honestamente, duele, pero algo me dice que así debía ser.
¿Por qué la diosa de la luna me emparejaría con un idiota como él?
No lo sé, pero la madre tiene sus formas y sus razones. Veamos a dónde nos lleva esto.
Sabes que después de este fin de semana, estaremos solas, ¿verdad?
No puedo, no, ya no viviré aquí.
Lo sé. Te apoyo.
Sonreí de nuevo ante su respuesta. Kaleigh era súper tranquila y relajada, como yo. Después de preparar el desayuno estilo buffet en la isla con huevos, jamón, salchichas, tostadas y papas fritas, fui a mi habitación para trabajar en las invitaciones para la ceremonia de Alfa de Ash este próximo sábado. Afortunadamente, las invitaciones ya estaban hechas, solo tenía que escribir los nombres de las manadas que estaban invitadas y enviarlas por correo inter-werewolf.
Cuando terminé con eso, volví a la cocina y en cuanto lo hice, todos se giraron y me miraron. Vi a Ash y sus ojos estaban llenos de dolor. Bien, pensé para mí misma. Él pensaba que yo estaría herida por su rechazo, pero terminó saliéndole mal y estaba más que segura de que mi declaración como hija de un alfa fue la bofetada más grande en la cara.
—Rylee —llamó Eric. Suspiré y me acerqué a él.
—¿Sí?
—¿Mandaste las invitaciones?
—Acabo de terminar, todas las manadas las recibirán en las próximas veinticuatro horas —respondí lo más genuinamente posible.
—Bien, como es tu cumpleaños y todavía no has arruinado nada, siéntete libre de servirte una porción de todo —dijo amablemente.
—Gracias —respondí sinceramente.
Al menos no iba a morir de hambre en mi cumpleaños. Fui a la isla y tomé mi plato. Era un plato para niños pequeños, pero funcionaba. Tomé un poco de huevos, una salchicha, una lonja de jamón, un poco de papas fritas y una botella de agua. Volví a mi habitación y desayuné en paz. Ya sabía que esta sería mi única comida del día, así que traté de saborearla lo mejor que pude.
Tomé pequeños trozos de todo y mastiqué al menos quince o veinte veces por bocado para que pareciera que tenía más de lo que realmente tenía. Mientras comía, no pude evitar las lágrimas que se formaban en mis ojos. Aquí estaba yo, ocho horas en mi cumpleaños número dieciocho, y ya fui rechazada por mi pareja. El pensamiento de tener una pareja que me amara, cuidara y protegiera se fue por la ventana. No me quedaba más opción que aceptar mi destino, que después del sábado por la noche, sería oficialmente una renegada.
Tres días después...
—¡Quítate de mi camino! —gritó Emma, la hermana de Ash, empujándome al suelo.
Ella tenía veintidós años y no tenía pareja, por lo que ahora era aún más perra que de costumbre. De hecho, ni siquiera vivía en la casa del clan, vivía por su cuenta en una de las pequeñas casas dentro del territorio. Solo estaba aquí por la ceremonia, y ni siquiera porque quisiera felicitar a Ash, ella esperaba conocer a su pareja.
El rumor se extendió rápidamente de que algunos de los Alfas y Betas que asistirían también eran solteros. Las lobas sin pareja de este clan ya estaban prácticamente planeando sus futuras bodas y ceremonias de Luna. Simplemente me dio asco pensar en sus ridículas imaginaciones.