Narra Casandra Estoy saliendo de la ducha cuando mi teléfono baila en el lavabo. Envolviendo la exuberante toalla a mi alrededor, me acerco a ella y la agarro de inmediato. —¡Omar! ¿Dónde estás?—presiono el teléfono contra mi oreja y me deslizo hacia el baño. Aleksander no estaba en el dormitorio cuando entré, pero eso no significa que no haya regresado. Y no estoy segura de si está bien que sepa dónde está Omar. —Tuve que salir de la ciudad por unos días—suena molesto. —He estado tratando de localizarte. ¿Por qué no respondes? —meto más la toalla cuando comienza a deslizarse de mi pecho. Mi cabello gotea sobre mi piel. —Estaba ocupado— dice, descartándome por completo—.Sólo quería asegurarme de que le dieras ese dinero a quien fuera necesario— habla como si hubiera alguien a su alre