Narra Casandra —Entonces. ¿Vas a decirme quién es tu amigo de allí?— Silvia señala con el pulgar hacia la cabina de la esquina donde Viktor ha permanecido desde esta mañana. Estoy empezando a pensar que ni siquiera es humano. No ha tomado ni un vaso de agua en todo el día. –No—dejo el fajo de monedas de un centavo en el cajón de la caja registradora y lo cierro. —Algo está pasando— dice, siguiéndome por la cocina—¿Pasaste la noche con un tipo y luego trajiste a éste contigo para sentarte en la tienda todo el día como si fuera un agente encubierto del FBI listo para luchar contra el crimen? Hago una pausa cuando entro al pequeño almacén que he convertido en un espacio de oficina junto a la cocina. —Te lo aseguro, Viktor no es un agente del FBI. —Entonces, ¿quién es él?—Silvia es prob