Narra Casandra
Aleksander no pierde el tiempo una vez que estamos solos en su habitación. Cierra la puerta de una patada y se quita la chaqueta del traje. Me alejo de él, insegura de sus intenciones. Es un hombre con una misión y estoy bastante segura de que yo soy la misión.
—Quítate los zapatos, Casandra— ordena mientras se afloja la corbata y se la arranca por la cabeza. Me quito los tacones; El alivio inmediatamente inunda mis pies. No estoy hecha para tacones. Soy más bien una chica del tipo zapatos planos y deportivos—.El vestido. Tomalo—ya no tiene camisa y ahora está trabajando en su cinturón.
—Tal vez tomaré un minuto—llego detrás para desabrochar el vestido.
—No necesito ni un minuto, Casandra. Lo que necesito es que me escuches. Quítate el vestido para no tener que arrancár
