" ¿Qué sucede cuando los actos dominan tu mente? ¿Eres capaz de resistirte?"
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— Señor Lucien, buen día —me saludó el de seguridad quien me recibía en la entrada.
Sin embargo, mi ira estaba rodeándome como un aura oscura que parecía aniquilar a cualquiera que me tocara.
— Señor…
— ¡Apártate! —grite a uno de los trabajadores, cuando me dirigía al ascensor.
El tipo delgaducho salió disparado con los materiales que llevaba para la sala de prueba donde estaban las maquilladoras.
No tenía humor para nadie, simplemente quería llegar a mi oficina y desquitar la rabia que me carcomía con el primer objeto que encontrara.
— ¡Ah! —grité cuando al entrar a la oficina rompí la taza con la que acostumbraba a tomar mi café—. Esa pequeña insolente —gru
