" Cuán difícil puede ser no morder el fruto prohibido, cuando la tienes en las manos".
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Observar su rostro totalmente sorprendido por mi presencia, fue la mejor sensación que había experimentado en toda mi vida.
Realmente tuve que hacer un gran esfuerzo para no soltarme a reír ¿Pero qué pensaba? ¿Qué me iba a amilanar con su presencia? Por supuesto que no.
Desde que tuve la elección en mis manos, supe que si me iba a la otra empresa, tendría la facilidad de desarrollarme ampliamente, pero me gustaban los retos. Tener a Lucien cerca me iba a dar motivos para demostrarle de lo que era capaz, además, al utilizar mi apellido de soltera, él tendría que mantener su distancia. Todo era perfecto.
Sonriendo con satisfacción, salí del ascensor, caminé
