Tessa miró su mano que estaba envuelta por la gran mano de Aaron y sintió mariposas en el estómago. La estaba conduciendo a su villa por un camino secreto. Se habían escapado y no querían que Celia los atrapara.
La emoción se apoderó de ella mientras corrían por el pasadizo secreto. Se sentía otra vez una adolescente. Escabulléndose y siendo traviesa con el amor de su vida. Tessa nunca pensó que experimentaría cosas así con Aaron.
El mero pensamiento de lo que estaban a punto de hacer hizo que su núcleo desarrollara un latido propio. La anticipación la llenó por completo. La sensación de hacer algo con miedo a ser descubierto era estimulante.
Cuando finalmente llegaron a la villa, Aaron la levantó y subió las escaleras.
—No puedo creer que esté escabulléndome para hacerle el amor a mi
