—¡Protege a la familia! —el inspector Michael ordenó de inmediato y todos los agentes de policía rodearon a la familia de cinco miembros, sacando sus escudos para protegerlos.
Los disparos fueron tan repentinos que no tenían idea de dónde estaba el tirador.
Los ojos de Tessa casi se salían de sus órbitas. Estaba congelada en el lugar y con la boca en el suelo mientras miraba los tres cuerpos de los secuestradores que yacían en un charco de sangre.
¡Un francotirador les había disparado en la frente! ¿Habían sido arrojados debajo del autobús por su líder? Tessa sólo podía preguntarse.
Esto fue claramente un movimiento para callarlos. Quien hizo esto no quería que revelaran su nombre ni sus sucios secretos. Pero no había nada escondido bajo el sol.
—¿Q-qué acaba de pasar? —los labios de
