Aaron miró fijamente a Tessa a los ojos. Se paró al borde de la cama y la llamó con el dedo.
—Ven aquí —dijo.
Tessa se lamió los labios mientras sus ojos recorrían su cuerpo desgarrado. Estaba allí en toda su gloria desnuda, luciendo como un dios griego que había descendido de los cielos. En silencio, ella apreció lo sexy que era. Era alto y tenía abdominales.
'¿Cómo puede ser tan guapo?' No podía creer que este excelente espécimen fuera su marido. Era sexo con piernas.
Sus ojos bajaron al monstruo de un solo ojo que la estaba mirando fijamente y tragó saliva. Un hormigueo recorrió su centro y sintió que un líquido cálido brotaba de ella.
Arrastrándose sobre la cama a cuatro patas, se acercó al borde y sostuvo firmemente el eje de Aaron con una mano. Su vara se movió ante el contacto
