La respiración de Tessa se quedó atrapada en su garganta. Sus ojos se convirtieron en platillos mientras miraba a Aaron con incredulidad.
No podía creer las palabras de Aaron. ¿Un regalo de disculpa? ¿Quién regala un centro comercial?
—¿Lo dices en serio? Me regalaste un centro comercial como regalo de disculpa. ¿Por qué te disculpas? No recuerdo haber estado enojada contigo. ¿Hiciste algo mal? —Tessa preguntó, sintiéndose confundida.
—Lamento todo lo que ha estado sucediendo desde que regresaste. Odio no haber logrado convertirlo en un lugar más seguro para ti y nuestros hijos —dijo Aaron y continuo—. Sin embargo, esto es una disculpa. Por lo que Serena quería hacerte en esa fiesta. Debería haberme encargado de ella la primera vez que intentó incriminarte.
Tessa frunció el ceño profun
