Posterior a la pérdida. Pasamos varios meses muy tristes, el papá de ella nunca se enteró de lo sucedido. Poco a poco recupere la confianza de mi madre, nos protegeriamos de tener otro encuentro íntimo. No fue fácil pero poco a poco volvimos a tener la comunicación que un día tuvimos.
Una noche Lourdes me llama alterada. —¡lo descubrí todo! mi padre no es mi padre. Lo escuche hablando mientras se lo contaba a una tia y lo confronte. ¡No puedo creer que me haya engañado por tanto tiempo! después de haber pasado tantos años. Me dijo que yo era la hija de quien sabe porque mi madre trabajaba en un bar, al nacer me dejó con el. No se quienes son mis verdaderos padres. Con razón tantas malas caras, tanto desprecio, tantas comparaciones con mi hermana de forma siempre despectiva hacia mi —me d
