When you visit our website, if you give your consent, we will use cookies to allow us to collect data for aggregated statistics to improve our service and remember your choice for future visits. Cookie Policy & Privacy Policy
Dear Reader, we use the permissions associated with cookies to keep our website running smoothly and to provide you with personalized content that better meets your needs and ensure the best reading experience. At any time, you can change your permissions for the cookie settings below.
If you would like to learn more about our Cookie, you can click on Privacy Policy.
—Caballeros, digámosle al sheriff Olsen quién vive en Overlook Mountain, ya que no parece tener ni idea. —El tono burlón de Brad Kurt llenó la estrecha sala de reuniones en el sótano del ayuntamiento, donde se encontraba la oficina del sheriff del condado de Rockingham. Molesto por la grosería de su supervisor, Michael miró las cejas pobladas del sheriff y se dio cuenta de que el hombre no se sentía intimidado en lo más mínimo. —Michael, empieza tú —dijo Kurt. Michael miró las notas que tenía en la mano, información suministrada por sus analistas una hora antes, ninguna de las cuales le había sorprendido. —El nombre del propietario es Isaac T. Calhoun. Antes de marzo del año pasado, trabajó para la Marina de los EE.UU. como francotirador SEAL. Sirvió en África, Irak y Afganistán y se