MI OBSESIÓN ©

||7||

Mientras estaba como idiota mirando el celular, no me había percatado de que alguien se sentó a mi lado, me sobresalte, pero al mirar quien era, sentí alivio, no sé porque, pues al parecer no me desagrado su presencia

—¿Eres nueva aquí, verdad?—era el chico que me estaba observando hoy en la mañana

—Si, así es soy nueva aquí, me llamo Susan, pero todos me dicen Susy—le extiendo la mano para saludarlo, sonrió gustosa y el igual

—Yo me llamo Ryan Larson y soy tu vecino—él hace lo mismo, me extiende su mano

—Es muy hermoso este lugar, es relajante—le sonrío y veo que se sonroja

—Lo es, pero no siempre—lo miro extraña y el cambio de semblante

—¿Por qué no siempre?—él desvió la mirada

—Olvídalo, no es nada, bueno, me tengo que ir, unos amigos y yo iremos a la cascada mañana, ¿gustas ir? Ya sé, sé que apenas y nos conocemos, pero, puede ser parte de conocernos más, si tú quieres—el decía con toda seguridad, en realidad me cae bien este chico, yo asentí y él se fue

Me quedé un buen rato sentada observando mi alrededor. A lo lejos veo que venden helados y voy por uno y me siento donde mismo a terminar el helado, siento que alguien me vigila, pero no puedo percibir desde donde me miran, no le tomo mucha importancia y camino directo a mi casa, ya que empezaba a oscurecer, aún no conozco bien acá, no me quiero arriesgar a que algo malo me pueda pasar

Las calles comenzaban a quedar solas, al llegar checo que nuestro buzón está abierto, alguien de seguro se atrevió a revisar nuestra correspondencia, cuando me acerco al buzón veo que adentro solo está una carta de color rojo y una rosa roja, al sacar aquella rosa y carta que está doblada a la mitad, la abrí y pude leer en letras negras, “Bienvenida” me sorprendió ver eso, pero ¿quién pudo haber sido? Después pensé que Ryan lo hizo, qué amable, aunque un poco extraño

—Al fin llegas Susy, me estaba preocupando—me dice mi mamá seria

—No te preocupes mamá, estoy bien—me acerco a ella—¿Quieres que te ayuden en algo?—ella me entrega unos cubiertos

—Pon la mesa, por favor y llama a Gina y a Chris—me dirijo a la mesa y coloco los cubiertos, subo las escaleras

Entre a las habitaciones de ambos y les dije que era hora de cenar, yo baje y seguí ayudando a mamá, los demás llegaron al comedor, mamá hizo una cena muy deliciosa, bueno, mi mamá siempre ha tenido una sazón increíble, sus platillos son grandiosos, todos platicamos de lo asombrosa que está la casa y el lugar, pensé que me costaría adaptarme aquí, pero me gusta

—Y bien Susy ¿a dónde fuiste?—pregunta mamá de repente

—Pues camine un rato y llegue a un parque, me quedé un rato ahí y ya hice un amigo—sonrió mientras papá me mira serio

—¿Y ese chico quién es?—pregunta papá molesto

—Descuida papá, es el vecino y es más chico que yo, bueno, al menos eso creo, además no es mi tipo, siento que es más el tipo de Gina—me rio y los demás hacen lo mismo, Gina se queda asombrada

—¿Y es lindo Su?—pregunta Gina

—Sí, si lo es—papá nos echa una mirada fulminante a Gina y a mí, pero sabemos que lo hace como burla

Terminamos de cenar, le ayudé a mamá a limpiar los cubiertos y hablábamos sobre cosas de mujeres, al terminar subí a mi habitación moría por darme una ducha caliente, miro la carta que encontré, hace rato, lo tengo en el mueble que está pegado a mi cama y la rosa en un pequeño flojero, me meto a bañar y duró unos minutos, salgo del baño y me pongo mi pijama, tocan la puerta de mi habitación y era Gina

—Su, ¿podemos hablar?—asoma su cabeza y la hago pasar

—¿Qué sucede Gina?—hago que se siente en la cama

—Quería preguntarte sobre el chico que conociste, ¿en verdad es más chico que tú?—sonrió al pensar en la pregunta absurda que me hizo

—No sé Gina, se ve chico, pero no sé bien, porque tiene esa apariencia joven—reímos ambas

—Pues tienes que presentarlo, ¿cómo se llama?—pregunta curiosa

—Se llama Ryan Larson—ella hace muecas, solo nos dedicamos a reírnos, escucho que mamá nos calla, ella se despide de mí y se va a su habitación

Despierto por los rayos del sol que entran desde mi ventanal, sonrió al ver que es un hermoso día, se me había olvidado que Ryan me invitó a la cascada, aún no sé en donde queda bien el acceso, pero suena bien, le comentaré a Gina si quiere ir. Bajo las escaleras y estaba Chris y mamá desayunando, supuse que Gina seguía dormida, como siempre

—Oye Susy te iba a preguntar, la carta y la rosa que traías anoche, ¿de dónde lo sacaste?—pregunta mamá curiosa

—Amm... bueno, me la regalaron—contesto nerviosa

—Si claro, ha de ser de tu amigo el vecino—se ríe Chris y le doy un codazo

—Mamá, ¿Gina aun está dormida?—pregunto dándole un mordisco a una manzana

—No Susy, salió temprano a caminar y de hecho ya se tardó—mi mamá observa el reloj grande que está en la pared de la sala

—Bueno, ya llegará mamá, te aviso que hoy saldré con el vecino—ella solo asiente

Cuando termine de desayunar, me fui de nuevo a mi habitación para cambiarme, he ir con Ryan, veo nuevamente la carta y la rosa y sonrió. Termino de arreglarme y salgo de la casa, voy a casa de Ryan, y toco la puerta, pero nadie sale, tal vez ya se fue y se olvidó de mí, iba de camino a mi casa, pero escucho que gritan mi nombre

—¡Susy! Espérame...—era Ryan se acerca a mí con su bicicleta

—¿Qué pasa Ryan? Fui a tu casa y no me abrieron pensé que.....—no me deja terminar

—Perdón, es que tu amiga se lastimó el tobillo—me quedo en shock al escuchar eso y en cierta parte ¿cómo es que él sabe de Gina? Supongo que la vio cuando llegamos

—¿Dónde está Ryan? ¿Sabes donde está?—pregunto desesperada

—Si, yo puedo llevarte a donde está ella—me indica que me suba a su bicicleta, me aferro a su estómago para no caerme, me lleva hasta donde está ella y estaba con otros dos chicos