Capítulo 4

1040 Words
El día a sido agotador, estos tacones me están matando, Carolina, la otra secretaria me a puesto al tanto de todo lo que debo saber, no es nada del otro mundo pues ya trabaje antes este oficio, D'Angelo Enterprise, es una de las compañías más reconocidas a nivel nacional por contar con la mejor tecnología, a parte de que adquieren pequeñas empresas para que produzcan más y de mejor calidad, a parte de que tienen varias discotecas a nivel nacional. Mi oficina es espaciosa tiene vidrios polarizados que dan hacia el exterior y puedo contemplar todo New York desde las alturas de este enorme edificio. No dejo de pensar en el hermano de Ethan, llegará en un par de días por lo que me contó. Espero que él no sea una mala persona, espero y tenga el mismo carisma de Ethan, aunque me e dado cuenta que es un poco frío y distante con los empleados. Es medio día y tengo un hambre de muerte,. Así que decido tomarme u. Descanso e ir a comer algo en la cafetería que vi hay en frente, así que me encamino al escritorio de Carolina ñ, ella al escuchar mis paso levanta la mirada y me ve con cara de... ¿Que quieres?... ¿En serio? Eh sido lo as cordial que puedo con ella y aún no se porque se sigue comportando así conmigo. Simplemente no la entiendo. — Oye Carolina, ¿quieres ir a comer algo? Yo muero de hambre. Su cara es todo un poema, está impactada no creer que le haya pedido ur a comer, pero que piensa que soy. —Emm bueno, yo traje mi almuerzo. — Ah, bueno no importa, vamos así nos hacemos compañía. — ¿El Señor ya salió a almorzar? —no se, creo que no. — bueno después que el valla podremos ir nosotras. ¿Que? Es una broma ¿Cierto?, No lo permito Ethan sabe que mi momento de comer es sagrado. —A ver, déjame ver si entiendo ¿tienes permitido comer solo después que él — digo apuntando con mi dedo a la oficina de el— valla a comer? — Algo así, es más bien una regla de su hermano, el señor Zack, así que esté el o no ya estoy acostumbrada a eso. No lo puedo creer, no lo conozco y ya me está como cayendo gordo. — No querida, la hora de la comida es un momento sagrado, y nadie por muy jefe que sea me va a impedir eso, no señor. — No creo que quieras ver molesto a los señores, créeme no te conviene eres nueva y vas a perder tu empleo recién esperando. — Bueno, pues aya veremos, tengo hambre y cuando tengo hambre me pongo de mal humor. Y con esto me encamino a la oficina de mi jefe toco la puerta para luego escuchar un adelante de su parte, solo me asomo un poco por la puerta, está concentrado es su portátil así que aprovecho y le digo: — Vamos a salir a comer, ¿necesitas que te traiga algo de regreso? El levanta la mirada de lo que está haciendo para verme, me da una hermosa sonrrisa pero su expresión cambia al momento y me pregunta ¿Vamos, con quién vas comer y a donde? Con Carolina y al café de enfrente, entonces ¿Seguro que no quieres nada?, Okey, nos vemos en un rato, adiós. — doy media vuelta y cierro la puerta, no le voy a dar oportunidad de decir nada tengo hambre. — Andando, muero de hambre— le digo a carolina —¿Así, ya podemos irnos? Oye no quiero que me despidan, necesito mi trabajo. — Nadie te va a despedir, solo vamos a comer. — Si tú lo dices — dice un poco temerosa viendo hacia la oficina del jefe, antes de levantarse toma de su cartera una barra de cereal y una manzana. ¿Eso es lo que vas a comer, en serio? — ¿Eso es lo que vas a comer? —una vez que estamos en el elevador del personal le digo señalando la fruta que tiene en sus manos. — Si, ¿algún problema con eso? — Hey, cálmate, se que no te agrado, aún no se porque, pero vamos a trabajar justas, así que porque mejor no tratamos de llevarnos bien, dijiste que necesitabas tu trabajo, yo también lo necesito. — Eso dicen todas. ¿Todas, a que se refiere con eso? Llegamos a la cafetería, es un lugar espacioso muy elegante a decir verdad, tomamos asiento en una de las mesas de la ventana, y un chico muy apuesto por cierto nos pregunta que deseamos comer, Carolina por supuesto no pidió nada sólido solo una botella de agua. — A mi dos sandwich de pavo con un refresco de uva por favor y de postre un pastel de chocolate. — WOW, no eres de esa mujeres que cuidan lo que comen, me agradas. —me dice el mesero con una sonrrisa de lado que hace se vea más guapo aún. — Pues si, si algo me gusta lo cómo y ya. — Genial, un gusto en conocerte me llamo Diego— Dice dándome su mano para que la estrechemos—Un placer Soy Di... No pude terminar de hablar cuando un carraspeo interrumpió nuestra presentación. Era Ethan viendo a Diego con una mirada fría. A ver qué si las miradas mataran ese pobre muchacho ya estaría muerto. Nunca había conocido esta faceta de celoso de Ethan, se que está preocupado por mi pero no me voy a romper nuevamente. —Señoritas ¿ya ordenaron? — Dice desviando la mirada de Diego a nuestras manos que aún estaban unidas, no se porque. Así que rápidamente la suelto y me acomodo en mi lugar. — Si ya ordene, Carolina aún no a comenzado, estamos esperando nuestro pedido. — le digo para cambiar un poco de tema y desviar la atención a otra cosa. Lo que no me había dado cuenta era que toda la atención estaba puesta en nosotros. —¿Y bien, que esperas? — le dice a Diego, este solo rueda los ojos, suspira y va por nuestro pedido.
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