Capítulo 3

1141 Words
Nuevo día, y la ansiedad me consume, no sé cuál es el trabajo que me va a proponer Ethan y eso me tiene nerviosa, no es que no pueda trabajar en lo que sea, mientras sea honrado, solo que él no saber las cosas me desespera y eso el lo sabe. A las ocho de la mañana el chófer de Ethan me deja en el estacionamiento subterráneo de la empresa, nunca había venido, de echo aún no se a que se dedican el y su amigo, y es que desde que lo conozco no me a importado más que su amistad y compañía, soy un poco despreocupada y confiada con él por esa parte. — Señorita, el señor me dio instrucciones de escoltarla hasta su oficina. — Está bien señor Jones, la verdad nunca eh estado en este lugar y es un poco intimidante semejante lugar. Subimos en un elevador privado que va hasta el último piso, según Jones solo los presidentes de la empresa pueden usar ese elevador, le iba a cuestionar el porque nosotros lo estamos usando pero en ese momento las puestas se abrieron y salimos rumbo a el escritorio de una secretaria. — Buen día Señorita Méndez, anuncie por favor al señor D'Angelo que la señorita Smith está aquí. — Buen día señor Jones, enseguida Pero antes me da un escaneo minucioso con la mirada que me pone realmente nerviosa y hace cuestionarme si realmente estoy vestida para la ocasión, escogí lo mejor, de echo todo es lo mejor ya que al día siguiente de estar aquí fui de compras con mi amigo. Y bueno nada, siento que me veo espectacular con mi vestido azul rey que me llega a mitad de muslo de mangas cortas, unos tacones de plataformas negros con pedrerías azules. Mi cabellos suelto en ondas, y lo mejor no llevo maquillaje mi piel está tan bien cuidada que no necesito recurrir a eso, y es algo de lo que estoy orgullosa. Me siento bella, así que le sonrió y levanto mi barbilla como toda una diva.   La chica marca un número, anuncia que el señor Jones está aquí y en menos de tres minutos Ethan sale de una oficina. — Gracias señor Jones puede retirarse. Éste solo le asiente y se retira, Ethan le informa que no quiere interrupciones y pasamos a una oficina que derrocha elegancia y pulcritud. Por un momento me quedo embobada viéndolo, se ve hermoso con ese traje de tres piezas color gris, hace que sus ojos grises resalten y ese cabello platinado que tiene me encanta. De una manera muy formal me indica tomé asiento frente a su escritorio. Se sienta frente a mi y Me mira fijamente y de una manera intensa. — Bien, ya estás aquí. ¿Todo bien?. Me pregunta desde que estoy aquí, no deja de preocuparse por mí, cada vez que llega a casa me pregunta cómo estoy y si estoy bien. Se por que lo dice, se que se preocupa por mi u eso es algo que me gusta. — Si tranquilo, no estoy tomando anti depresivos desde que estoy aquí, gracias a ti, — mi estado de ánimos hace tiempo atrás no era bueno así que me recetaron antidepresivos para calmar mi ansiedad y poder dormir, no quiero hablar de ese tema, me pone de mal humos y hasta sentimental así que decido cambiar de tema— este lugar es intimidante— le digo.— No sabía que trabajabas en un lugar como este, de echo no se a que te dedicas, ni que voy a hacer aquí. El solo asiente entendiendo que no quiero hablas del tema y me dice: — Hay un par de cosas que aún no sabes, primero soy uno de los presidentes de este conglomerado de empresas, las empresas D'Angelo son las más portantes a nivel nacional e internacional. Mientras más me cuenta más impactada estoy, no sabía que era un magnate y yo creyendo que era un simple empresario. Hay algo que me está haciendo ruido y es que dijo que era uno de los presidentes, quiere decir que no es el único. — Dijiste que eras uno de los presidentes, ¿Hay otros?. — Si, mi hermano. — ¿Hermano, pero creí que no tenías hermanos? — No. No tengo, mi amigo Ethan y yo somos adoptados por la misma familia, por eso tenemos el mismo apellido, somos hermanos pero no de sangre, para el ojo público somos los hermanos D'Angelo nuestro padre se retiró hace un par de años y nos dejó al mando de todo. Bueno, basta de historia, a lo importante, ¿querías trabajar no es así? Vas a tener el trabajo más importante en esta empresa, vas a ser nuestra secretaria. Como verás somos dos presidentes y una sola secretaria no se da a basto con todas las tareas así que la señorita Mendez necesita una ayuda, ¿Crees que puedas? ¿Es en serio? Hace tiempo fui secretaria para cubrir mis gastos de la universidad, la cual nunca pude terminar, por razones que no quiero recordar, pero sé que en algún momento lo voy a retomar nuevamente, solo me faltaba un semestre para terminar, tuve que congelar la carrera de gerencia empresarial y ahora estoy aquí en otro país, lejos de mi familia y de todo lo que una vez tuve. Así que le doy una sonrrisa ladina y le digo que puedo con eso y más, y le comento que antes de conocerlo trabaje de secretaria pero que tuve que dejarlo y bueno ya el resto el lo sabe. — Tranquila si lo que quieres es estudiar puede hacerlo, no hay problema con eso. Sabes que te voy a apoyar en todo. —Si lo sé pero no es justo que esté sin hacer nada, me gusta ganarme la vida, hacer las cosas por mis propios medios, te agradezco mucho todo lo que estás haciendo por mi, pero si retomo los estudios me gustaría ser yo quien cubra con todos los gastos. — Realmente eres terca. Y nadie puede sacarte esas ideas de la cabeza, pero está bien, pe parece bien mujer capaz de lograr lo que se proponga. —Gracias, así que dime, ¿Cuando comienzo? —Hoy mismo— toma el teléfono y llama a la señorita Mendez y pude su presencia y en pocos minutos ella entra después de que el de el permiso de entrar— señorita Mendez ella será la nueva secretaria, quiero que la pongas al tanto de todo, para que cuando mi hermano llegue esté lista para recibir los datos del exterior. La cara de ella es todo un poema, creo que no se esperaba que iba a ser contratada. — Entendido señor. ¿Su lugar de trabajo será junto a mi? — No, ella estara en la oficina.
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