Puedo oler la adrenalina desde lo alto del muro de piedra donde estoy asomada mirando la escena que se desarrolla frente a la casa.
"Me gustan las presas que intentan escapar de mi poder aunque sepan que no tienen ninguna oportunidad."
El corazón del hombre vestido con ropa deportiva bombea con rapidez todas sus venas llenandolas de sangre azul neón.
Todo su cuerpo se llena de la exquisita adrenalina que Viggo y yo beberemos directamente de la fuente.
"Y también me gusta cuando se retuercen e intentan golpearme como tu lo hiciste..."
La mano del hombre acarició la mordaza que rodeaba la pequeña boquita y mejilla del pequeño que miraba con ojos furiosos al hombre.
El pequeño incluso intentó morder el dedo del hombre cuando pasó sus asquerosos dedos por sus labios.
El hombre le dió un revés con el dorso de su mano haciendo que el pequeño niño girara su cabecita adolorido por el golpe.
"Veremos si después de meterte mi anaconda sigues siendo tan fiero conmigo pequeña mierda!"
El hombre abre la puerta trasera del auto para aventar al pequeño sobre su estomago.
Sostiene con rudeza sus manitas atadas a su espalda para someterlo.
Puedo escuchar perfectamente que el niño grita pero no tiene miedo a pesar de todo.
En su caso, su adrenalina lo está impulsando a luchar.
El hombre se baja el pantalón revelando su m*****o erecto mientras que con una mano le baja el pantalón al pequeño que patea.
Ese pequeño se niega a ser una víctima dócil.
"Eso pequeño lucha, lucha!"
Lo animo en mi mente y lentamente levito por encima de la pared de piedras negras para colocarme en completo silencio detrás del hombre.
Doy una inhalación profunda detrás del hombre que llena mis pulmones de su excitación y lujuria insana.
"Unas embestidas con mi anaconda en tu dulce hoyito vírgen..."
Dice el hombre mientras que agarra su pequeño m*****o.
"Y llorarás como la pequeña putita que eres mocoso bastardo de mierda."
Rodeó el torso del hombre con mis manos gélidas y este se detiene asustado.
"Jesus niña, pero quien carajos te crees que eres para tocarme maldita puta?"
Sonrió destellando mis ojos rojos sangre cuando lo miro.
El hombre olvida al pequeño cuando observa que dejo caer la delgada bata blanca que llevo puesta.
"Puta madre!"
"Tu estás mejor que este chiquillo de mierda!"
"Quieres que te viole también pequeña niña?"
Am... mencioné que modifiqué mi apariencia y ahora mi cuerpo parece de unos 10 añitos?
No?
Ah bueno, pues ahora lo sabes, tengo 10 años en este preciso momento.
No hablo, solo muevo mi dedito invitándolo.
El hombre camina quitándose el pantalón en el camino.
El niño se sube al auto y con sus pies cierra la puerta.
Puedo ver que me mira desde la ventanilla y siento que su adrenalina desciende.
"Te voy a meter mi v***a en tu preciosa vaginita vírgen hasta desangrarla..."
"Y después te meteré tan fuerte mi anaconda por tu traserito que gritarás por ayuda pequeña!"
Tomo con mi manita su cuello y el hombre se asusta.
Alzo al hombre sin ningún esfuerzo y él se queda petrificado de horror por mi acto.
"Veremos si eres tan valiente como dices cuando estés frente a Viggo."
El corazón del hombre bombea el nectar sangriento que está mezclado con miedo.
Mi bebida favorita!
Sin tocar el suelo me dirijo al auto y la puerta se abre sola.
El niño sale del auto y se coloca a mi lado porque se lo ordeno yo.
Los tres pasamos por el holograma realista de la reja a punto de caer para que vayamos dentro de la casa.
Viggo me espera en la puerta, eso ya lo sabía yo de antemano.
Ambos sabemos lo que el otro siente y piensa.
"Mi amor, el desayuno está listo!"
Le digo arrojando al hombre a los pies de Viggo.
El hombre tiembla de miedo al ver la aterradora faz de mi hombre.
Desato al pequeño niño y le subo su pantaloncito.
Me coloco de nuevo mi bata blanca y recupero mi apariencia de jovencita de 20 años.
Viggo materializa un pañuelo y con el toma con su pulgar y dedo índice la ropa del hombre.
"Lucha..."
Exige Viggo a nuestra víctima.
"Me gustan las presas que intentan escapar de mi poder aunque sepan que no tienen ninguna oportunidad."
Viggo recita textualmente las palabras del hombre y su adrenalina lo impulsa a intentar golpear a Viggo.
"Eso, así mismo!"
"Me gustan mas cuando intentan golpearme como tu acabas de intentar hacerlo!"
Viggo levanta al hombre con algo de asco y me mira.
"Es todo tuyo bebé."
Le cedo el placer a Viggo.
Los dientes de Viggo se hunden profundamente en el corazón del hombre succionando todo el fluido azul como si fuera una bebida gaseosa.
El pequeño sigue en trance.
Le susurro al oído mientras que Viggo se hidrata y rejuvence sus tejidos internos.
"Me gustaría dejarte ir, pero tengo hambre..."
"Y Viggo no comparte su comida con nadie."
El pequeño gira sus ojitos para verme y puedo ver que dicen hazlo, hazlo.
Deja caer su cabecita de un lado para revelarme su pequeño cuello.
Está es la típica pose para que un vampiro te chupe la sangre.
La sirena de la patrulla a unas calles me alerta.
"Eres un pequeño bocadillo que en este momento no saciara mi sed."
"Vete, pero cuando seas mas grande nos veremos."
"Siempre necesito soldados leales entre mi ejército infernal."
El pequeño sale por la puerta caída de la casa y observo como los policías lo atrapan.
De frente a Viggo observó que ya terminó su comida.
El cuerpo del hombre ahora es solo un pellejo arrugado sin forma ni olor.
"Se que no comiste nada Lilith..."
"Pero te alimentaré con mi semen azul."
Viggo, como siempre todo un romántico.
Levito de rodillas ante Él y mi lengua da una lamida a su delicioso m*****o duro.
"Carajo Lilith, ahora recuerdo porque te adoro tanto!"
Le arranco un suspiro excitante a Viggo cuando introduzco toda su enorme longitud en mi boca hasta que topa con mi garganta.
"Hummm...Viggo sabes tan jodidamente dulce."
"Aliméntame con tu lechita azul papi!"
***By Liliana Situ***Editora Tete Antonio***
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