Anaís salió del consultorio médico con una sonrisa radiante en el rostro. En un principio había apartado la cita, porque tenía días que se sentía mal y pensó que podría ser el estrés, ya que ahora tenía la fundación. Sin embargo, había recibido la mejor noticia de su vida: estaba embarazada y ya tenía dos meses. Llenándose de emoción y ansias por compartir la maravillosa noticia con su esposo, Gerald, decidió hacerle un regalo especial para darle la noticia. —¿Qué? —Evelyn dio un grito en cuanto escuchó la noticia. Anaís tuvo que alejar el celular de su oído. —Loca, no grites, dame alguna sugerencia. —Estoy emocionada, mi Kelvito tendrá una hermanita, porque me quito el nombre si nace varón. —ja, ja, ja, aún no sabemos lo que será, mejor dime qué opción es mejor. —Hay tantas ja, j