CAPÍTULO DIEZ Thor siguió al niño de cerca, los otros junto a él, cuando por fin salieron del espeso follaje de la selva, el segundo sol ya estaba en lo alto. Había sido una ardua caminata desde el fondo del cráter, donde les había llevado el deslave. Sintió como si nunca fueran a dejar de deslizarse, Thor y los otros estaban completamente cubiertos de barro, mientras resbalaban cientos de metros en un pozo de barro enorme. Habían tenido que luchar para ir a la cima, y les había tomado demasiado tiempo. Ahora casi era de noche, el chico estaba más ansioso que nunca, mirando constantemente al cielo. Parecía inmensamente aliviado cuando entraron a la gran deforestación en la selva, era la primera que Thor había visto. Por un tiempo estuvo seguro de que nunca saldrían de ese pozo de barro