Federico. Voy en total silencio porque no deja de llorar, la verdad que no la entiendo, cada vez se me hace mas difícil seguirle el ritmo, porque dice una cosa y después dice otra cosa, como que no lo quiere pero va y hace el intento de acostarse con él, por el momento no me molesta del todo pero no sé en unos días como me lo voy a tomar, en la farmacia entro solo, ni siquiera se da cuenta que llegamos solo sigue llorando con sus piernas dobladas en el asiento mirando a la nada. —Gracias. —todos me miran donde vine descalzo y sin remera, estaba durmiendo una siesta cuando ella llegó, salgo viendo el auto de Sefo que es el que vinimos para no sacar mi camioneta de la casa—. Sefo aca esta. —Vamos así lo hacemos de inmediato. —Si. —en la casa vamos al baño, me tiemblan las manos mientras