CAPÍTULO 5

1248 Words
Los días pasaban, al igual que los meses, convirtiéndolo en años. La pequeña Emma cumpliría 10 años, y le harían una fiesta dónde estarían todos sus amigos, y varios conocidos, pero con los que ella se llevaba bien. Emma era una niña muy inteligente, amable, muy sociable, y carismática, además de inteligente, y con una lengua muy viperina, que a Joseph le encantaba. Emma con el pasar de los tiempos se había dado cuenta que estaba enamorada de su mejor amigo, aunque no era la única, porque Lisa también lo estaba,  pero también sabía que tanto Leonel, como Jordan estaba enamorada de ella, a cambio no sabía si Joseph estaba enamorado de ella, como ella lo estaba de él.  No sabía porqué se sentía tan entusiasmada, si era por la fiesta, o porque algo le iba a ocurrir, lo que sí sabía es que hoy sería un día especial para ella. ... Por otro lado Joseph daba vueltas por toda la sala, estaba preocupado, nervioso. —¿Qué te pasa hijo? — Josh levantó su cabeza, y abrazó a su padre. —Estoy nervioso. —¿Puedo saber el por qué? — el joven asintió. —Estoy enamorado de Emma. — Ian se carcajeó y Joseph frunció el ceño. —Hijo eso lo sé, desde la primera vez que la vistes, todo lo sabíamos, ¿Acaso tú no? —No, sí, no lo sé, siempre me ha dado paz estar cerca de ella, siempre la he encontrado perfecta, hermosa, no me gusta que ningún niño se le acerque, me entra una rabia. — Eso hijo mío se llaman celos, y déjame decirte que tú enamoraste de esa niña desde que la viste. — Joseph sonrió ante lo que su padre le decía. —¿Tú crees papá? Yo se que desde que vi sus ojitos azules y su cabello tan amarillo como el sol, era, no perdón es preciosa.  —No lo creo, estoy seguro, pero dime ¿hay algo más? — su hijo asintió. —Lisa —  —¿También estás enamorado de ella?  —No, ella es muy guapa papá ¿Las has visto? Pero no me interesa, pero ella se me declaró y no quiero lastimarla, además todos dicen que Emma es muy pequeña para mí, que debería hacerme una novia de mi edad. Ian entendía perfectamente a su hijo, y trataría de dar su mejor consejo. —Sabes hijo, voy a darte un consejo y quiero que lo recuerdes toda tu vida. Muchas veces la gente no va a estar de acuerdo con lo que hagamos, pero eso no tiene que importarnos ni detenernos, que Emma es joven para tener novios, pues sí, tiene 10 años hijo, pero tú tampoco es que estés muy grande, tienes 13, el hecho que seas 3 años mayor no te hace un súper adulto y a Emma muy niña, así que la edad no importa es sólo un número que cuando hay amor verdadero eso no importa, con respecto a Lisa, pues si es una niña muy linda pero que sea tan descarada no me agrada, además si uno se pusiera hacer las cosas para no lastimar a nadie, creo que nunca podríamos hacer nada, ya que no todos van a querer lo mismo. Siempre, siempre escucha a tu corazón sin importar que, hoy puede que estés enamorado de Emma y quieras estar con ella, en 10 o 15 años puede que encuentres otra mujer, una para casarte y tener hijos, e igual puede suceder con Emma, puede que lo de ustedes sea un amor de niños y después conocerán a la persona correcta, aunque si te soy sincero a ustedes dos  los veo casados — dijo carcajeándose — en fín hijo a lo que voy es que no importa con quien estes mientras sea por amor y porque así realmente lo quieres. Joseph miró orgulloso a su padre y lo abrazó fuertemente. —Gracias, gracias papá, te amo. —Y yo a ti hijo, ahora ve y no llegues tarde a celebrar el cumpleaños de tu enamorada. — Joseph le dio un último abrazo a su padre y salió en busca del regalo para Emma y luego se fue a la fiesta. Al entrar a la casa estaba llena de personas, cuando vio a su grupo de amigos se dirigió hacia donde ellos se encontraban pero se paró en seco al escucharlos hablar. —Tienes que decirle a Joseph, si se entera por otro lado se enojara — él frunció el ceño, ¿De qué se iba a enojar? —Julián yo no tengo por qué decirle nada a tu amigo, me gusta Emma y hoy me le voy a declarar, quiero que sea mía y sólo mía. — al escuchar a Jordan, Joseph apretó fuertemente sus manos en forma de puños. Por lo que dio la vuelta y se fue en busca de su pequeña, él hablaría con ella primero. Cuando la encontró estaba sorprendido de lo hermosa que se veía, pero cuando vio que Leonel le agarraba la mano,  se enojó más.  —Emma, tú me gustas, te suplico una oportunidad, te haría el hombre más feliz del mundo — *otro más* pensó Joseph irritado, ¿Acaso hoy era el día en que todos se le declararán a Emma? —Leonel, yo… no lo siento, no puedo, te veo solo como un amigo. — Emma se soltó incómoda de las manos de Leonel. —¿Es por él verdad? — Joseph arrugó su frente, ¿Quién era él?  — Sigues con enamorada de Joseph.  Joseph sintió que no podía respirar, su pequeña le correspondía, Emma agachó la cabeza y suspiró. —Sí Leonel, así que no puedo corresponderte. — Josh sonrió —Dame una oportunidad — ahí dejó de sonreír, ¿Porqué era tan majadero? No lo sabía, o tal vez sí, por lo que decidió intervenir. —¿Cómo está la niña y cumpleañera más hermosa de la tierra? — Emma sonrió al verlo, y Leonel vio que no podía competir con él, por lo que saludó a Joseph y se retiró. Emma se tiró a los brazos de Joseph. —Feliz cumpleaños Emma. —Gracias, Josh — Ambos sonrieron, se querían mucho. — Te traje un regalo — dijo entregándole un cajita negra, cuando Emma la abrió, quedó sorprendida. Dentro había un collar con un infinito y un corazón incrustado. —Está hermosa — dijo tocando con delicadeza — gracias. — Emma le dio un beso en la mejilla y lo abrazó. —Sabes que te la doy con un significado,  — tomó su mano y la sacó al patio de la casa para llevarla a un lugar un poco más tranquilo. —¿Así? — preguntó ella. —El infinito es porque te voy a querer toda la vida Emma, y el corazón es porque te estoy entregando mi corazón. Em, me gustas, estoy enamorado de ti, y quería saber, ¿si quieres ser mi novia? — Emma lo miró perpleja, ¿De verdad le estaba pidiendo ser su novia? Su sueño se estaba haciendo realidad, por lo que sin pensarlo se tiró a sus brazos. —Si, Jos, si quiero ser tu novia, yo… yo también estoy enamorada de ti. — feliz por la respuesta de Em, se fue acercándose a ella poco a poco hasta que sus labios se unieron en un suave beso, el primero de Emma, el segundo de Joseph, pero el mejor que cualquier otro.
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