—No mamá, no quiero, eso es cruel — decía Emma en medio de lágrimas.
—Cariño he hecho todo lo que esté a mi alcance, pero tu padre ya decidió que nos iremos después de tu cumpleaños.
—¡No quiero irme!, ¡No me iré!, ¡No puedo dejar a Joseph!
—¿Qué has dicho Emma? — ambas se giraron al oír la voz enfadada de Dorian. — ¿Qué tiene que ver ese muchacho con que no quieras irte? Además te guste o no sigues siendo menor de edad y harás lo que se te diga, por eso este sábado te despediras de tus amigos, por que el domingo nos vamos.
—Pero papá, yo….
—Pero nada, ahora irás hacer tus maletas, en tres días tenemos que viajar a otro país, sabes que mi trabajo es lo que nos mantiene, y por eso puedo tenerlas como reinas por eso tengo que viajar a dónde me manden y tendrás que obedecer.
Emma salió con el corazón destrozado de la cocina, ¿Cómo dejaría todo atrás? ¿Cómo viviría sin Joseph? ¿Con quién compartiría sus cosas si ya no estarían sus amigas? No podían hacerle eso, tenía una vida hecha en Detroit, tenía a sus amigas y amigos, su escuela, y al amor de su vida, eso le dolía más que nada, dejarlo a él, ¿Cómo le diría que se iba? ¿Qué ya nunca volverían a verse? ¿Cómo diablos iba a salir adelante?.
Cuando le había dicho hace 6 meses atrás que ella siempre estaría para él, y ahora se iría lejos y ni siquiera le habían dicho para dónde se iban. Poco a poco el sueño la invadió y se dejó llevar por él, sus ojos pesaban mucho, después de haber llorado casi todo el día.
…
Sintió unas suaves caricias en su rostro, sin poder evitarlo sonrío, sabían de quién era, poco a poco abrió los ojos y se topó con el ceño fruncido de Joseph.
—¿Porqué has llorado? — la pregunta que él le hizo, la hizo recordar lo que estaba a punto de sucederle, ella se tiró a sus brazos y volvió a llorar.
—¿Qué pasa cariño? ¿Por qué lloras?
—Es que el sábado será… — Joseph la interrumpió.
—El día que cumplamos dos maravillosos años de novios, y espero que vengan muchos más. — Emma seguía llorando y negaba con la cabeza, Joseph empezó a preocuparse.
—No, el sábado será mi fiesta de cumpleaños y mi fiesta de despedida.
—¿Qué? —dijo él confundido — ¿De qué estás hablando Em.
—Nos vamos a ir de aquí Josh, mi padre y su trabajo me van a separar de ti.
—No, eso no puede ser Em, ¿Por qué te van a separar de mí?
—El trabajo de mi padre lo trasladó a otro país, nos vamos el domingo. por más que le rogué no pude hacer nada.
—¿Y Amaris? ¿Ella no puede hacer nada? — Emma negó con la cabeza.
—Joseph hay algo que no te he contado — él la miró directo a los ojos. — Desde hace 6 meses teníamos que irnos, pero mi mamá lo ha estado retrasando, pensé que iba a poder hacer algo, y así poder quedarnos, pero no, al parecer sólo lo retrasó.
Joseph se levantó de la cama y empezó a caminar de un lado para otro, Emma se iría, el amor de su vida lo dejaba, ¿Cómo superaría algo así? De repente se detuvo y la miró, nunca lo superaría, tenía 12 años enamorado de ella, ¿Sería capaz de olvidarla? Lo dudaba mucho.
—¡TE AMO EMMA COLEMAN! Y si tengo que esperar por ti lo haré, yo aquí te esperaré, solo prométeme que apenas tengas la mayoría de edad vendrás a buscarme.
—Joseph, eso no tengo que prometerlo, claro que vendré a buscarte. Pero… ¿De verdad me vas a esperar? ¿Harías eso por mí?
—Em, te amo, eres la única en mi vida, y quiero que así siga, se que tengo sólo 15 años pero quiero llegar a 100 contigo a mi lado, casarnos, viajar, que seas la madre de mis hijos, cumplir todos nuestros sueños, pero que sea juntos.
Emma abrazó a Joseph, los dos estaban sufriendo, y los dos tenían miedo, no sabían si podían cumplir su promesa, a pesar del amor que se tenían, desconfiaban uno del otro, ya que eran muy jóvenes y en el transcurso de los años podrían encontrar a alguien especial.