CAPÍTULO 9

1054 Words
*Lo prometo* Aquellas palabras resonaban en la cabeza de Joseph y Emma, a pesar de que habían pasado 10 largos años desde que se separaron, y hacía 8 años habían perdido todo contacto, ya que para mala suerte de ambos, la desgracia los había alcanzado y parecía que nunca se iban a volver a ver. Emma se había mudado 3 veces más, estuvo en Francia, Alemania y ahora se encontraba en Tokio. —¿Por qué quieres irte  si aquí estamos muy bien? Emma, hemos creado una gran fortuna con mi trabajo. —Papá, yo no quiero tu fortuna, para eso yo también he hecho mi dinero, y trabajado muy duro en los últimos 5 años, a pesar de haber empezado a trabajar antes de ser mayor de edad, yo quiero mi vida, ser independiente, pero largo de aquí, y nada más te aviso que en dos días me iré de aquí. Compré una Joyería y me haré cargo de ella, es lo que deseo al igual que comprar más empresas ya que para eso he estudiado. —¿A dónde te irás hija? — Emma miró a su madre. Ella sabía la verdadera razón del porqué regresaba. —A Chicago papá. — Dorian se tenso al oírla, él no era tonto, y de inmediato captó. —¿Irás a buscarlo? —Papá ya tengo 22 años y lo amo más que nunca, te guste o no ya no soy una niña, y sí, antes de irme a Chicago pasaré a Detroit a buscarlo. —No lo encontrarás ahí Emma, además pierdes tu tiempo, ese chico ya te olvidó, ¿O es que no recuerdas todo lo que tuve que averiguar por ti? — Emma palideció al escuchar a su padre, claro que lo recordaba, tenía todas las fotografías guardadas, Joseph había estado con varias mujeres, pero ella mantenía la promesa que le había hecho a Ian, y hasta no hablar con él no estaría en paz y aunque le doliera en el alma la respuesta que él le diera, tenía que saber si Joseph la seguía amando o no. —Papá, necesito hablar con él, ¿Además por qué dices que no lo encontraré ahí? —Él se fue de ahí, de hecho la familia Henderson se fue de ahí desde hace 8 años. Pero está bien, si quieres ir ve, pero antes tengo que hablar contigo y con tu madre muy seriamente. —¿Que pasa? — dijeron las dos al mismo tiempo. —Que a pesar de que he creado una gran fortuna estoy apunto de perderla. —¿Qué? ¿Por qué? — Emma se asustó. —Emma desde que supimos que ibas a ser mujer te comprometimos con el hijo de mi socio que es 5 años mayor que tú. —¿QUÉ? — el grito de Emma asustó a sus padres. — ¿Qué dices?, Mamá, ¿Tú lo sabías? — Amaris bajó la cabeza avergonzada. —Em yo ocupaba sacarlas de pobre, tratarlas como mi reina y mi princesa, cómo lo que son para mí, creía que nunca iban a cobrar el trato, pero el hijo de mi socio te ha visto y te quiere como esposa. —¡Esto no puede ser cierto!, ¿Acaso estamos en el siglo XVI y no me he dado cuenta? —Hija, Amaris, hay algo que no saben, y es que  me queda poco tiempo de vida. — Emma sintió como el aire se le escapaba de los pulmones. —¿Qué dices? —Em yo no importo, soy capaz de dar mi fortuna para que seas feliz, por lo que voy aceptar que vayas a Detroit y averigües qué fue de los Henderson, yo lo sé, pero sé que no te bastará con eso, así que averigua tú y así te darás cuenta cuando te digo que ese joven ya te olvidó. —¿Y si no es así? ¿Sí todavía me ama? —Dejaré que sean felices, pero si no, prometeme que te vas a comprometer con el hijo de mi socio, quiero que tu madre esté bien cuando yo no esté. —Papá, yo puedo mantenerlos, tengo mi propia empresa y dinero. —No Emma, te aseguro que nos destruirán. — Emma sintió miedo. —Está bien papá, haré lo que dices, si Joseph me ama seré feliz con él, si no es así y él me olvidó, te juro que me comprometeré. —Bien hablaré con mi socio, ahora vayan a empacar — Amaris lo miró sorprendida — Nos vamos con nuestra hija. Ambas asintieron. Emma en su recámara sacó los álbumes de fotos, ¿Cómo estaría Clío? Sin poder evitarlo lágrimas salían de sus ojos, extrañaba tanto a Joseph, ¿De verdad la había olvidado? Llevó una de sus manos a los dos collares que llevaba en el cuello. —Te prometí que cuando te dejara de amar me los quitaría, y como se que te voy amar toda la vida, moriré con ellas. …. Tres días después la familia Coleman llegó a Detroit. Emma sentía que su corazón se iba a salir del pecho, miles de recuerdos la invadieron, y cómo siempre la mayoría eran de Joseph, aparcaron frente a la que fue la casa de ellos, todas las casas habían sido remodeladas, ahora eran más modernas y lujosas, pero la de los Henderson eran la que más resaltaba. —¿Señores Coleman? — todos se giraron a ver a la que había sido su vecina por años. —¡Mina! — Amaris se giró para abrazarla y saludarla. —¡Cómo has crecido Emma, ya eres toda una mujer, y muy hermosa. —Gracias — dijo Emma. —¿Qué los trae a Detroit?. —Emma quería saludar a sus viejos amigos, y saber como estaban — dijo Dorian, y Mina dirigió su vista hacia la joven. —Los Henderson se fueron hace 8 años, después de la muerte de Ian, y por lo que sé ahora viven en Chicago. De hecho ayer me llegó la invitación a la boda de Joseph y Lisa. — Emma no supo en qué momento dejó de respirar, lágrimas salían de sus ojos con eso tendría que dejar el pasado atrás y mirar hacia delante para cumplir la promesa que le hizo a su padre.
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