CAPÍTULO 4

948 Words
Tres años habían pasado, y los pequeños Henderson ya estaban algo grandes, Joseph tenía diez, Clío siete, Julián el mejor amigo de Henderson tenía 12 años, mientras que la pequeña Emma también tenía siete y no sólo eso, tenía un hermanito de casi dos años, el pequeño Anthony, o cómo todos le decían Tony. Los Henderson y los Coleman seguían manteniendo su amistad, mejor que nunca, al igual los niños, aunque ya había aumentado el número de niños en ese grupo de amigos, a ellos estaba incluida Lisa de siete años y su hermano Joel de diez, quién era amigo de Joseph de la escuela, Leonel que también tenía siete, era amigo de Emma, Clío y Lisa. También se encontraba Jordan que tenía 12 años y era compañero y amigo de Julián, y por último estaba Lisa, que también tenía diez años y era compañera de Joseph. Esta última no era del agrado de Emma, ya que continuamente estaba quitándole la atención de Joseph y eso le molestaba muchísimo. —¡Hola bella Em! — Emma levantó el rostro y vio a Leonel quién le entregaba una pequeña flor, Emma sonrió. —Gracias está muy linda. — Cómo tú — inmediatamente Emma se sonrojó. —¿Empezamos a hacer la tarea? —Sólo falta esperar a Clío. — Leonel se sentó a su lado mientras veían hacía la casa de enfrente. —¿Te pasa algo? — Emma estaba callada, algo que no era habitual en ella. Emma lo miró, y le dio una cálida sonrisa, no pensaba decirle en lo triste que estaba porque Joseph tenía casi un mes de no visitarla por estar con Lisa.  —No pasa nada, es sólo que ya casi acaban las clases y quiero eximirme en todas las materias, y así poder ir de vacaciones. — en eso la puerta de los Henderson se abrió y salió Joseph tomado de la mano de Lisa, sonreían como dos enamorados, Emma sintió que algo dentro de ella se estrujaba, ¿Que era eso que sentía? Lisa, si vio que Emma los veía y sin esperar un sólo segundo se acercó a él y le dio un beso en los labios, en momento Joseph quedó en shock, era su primer beso, y es cierto que Lisa le llamaba la atención, era una niña muy guapa, pero él no quería que su primer beso fuera con ella, él lo estaba guardando para alguien especial, por lo que cuando se dio cuenta que le estaba correspondiendo el beso se separó de ella. —¡Joseph! — gritó Clío enojada, ella quería que su hermano fuera el novio de Emma pero eran muy pequeñas para novios. —¿Qué se supone que haces? —Creo que Joseph no tiene porque darte explicaciones — Joseph y Clío miraron mal a Lisa. —Clío… — Joseph trató de hablar, pero ella no lo dejó. —No quiero escucharte, mejor me voy que me están esperando — dijo señalando hacia la casa de Emma, por lo que Joseph involuntariamente se giró, y al ver que Emma estaba sentada en el pórtico de su casa, sintió que la sangre se le fue de a los pies, ¿Ella lo había visto? Ayudó a su hermana a cruzar sólo por el hecho de ir hablarle a su pequeña Em, y verla al lado de Leonel le hervía la sangre. —¿Hola chicos como están? — dijo Joseph preguntándole a ambos, pero mirando a Emma a los ojos, los cuales vio cristalizados, Leonel le respondió, pero Emma no. —Clío que bueno que ya llegaste, vamos tenemos cosas que hacer —se levantó de su asiento, y sin despedirse de Joseph entró a su casa. Mientras él sintió que su corazón se rompía, su pequeña de ojos azules ni siquiera le prestó atención. Y se maldijo internamente. —¿Jos nos vamos a mi casa? — él la miró y asintió más tarde hablaría con su pequeña de ojos azules. De camino a casa de Lisa, Joseph habló con ella y le dijo que el beso no podía volver a pasar —¿Por qué no te gustó? —No, no es eso, lo que pasa es que no quiero, creo que eso se hace con la persona del que uno está enamorado. A Lisa no le gustaron oír esas palabras, pero las aceptó. … A las 7 de la noche, Emma se encontraba sentada en el patio de su casa, ¿Por qué se sentía de esa manera?  estaba tan metida en sus pensamientos que no había notado que alguien se había sentado a su lado, hasta que una mano, le acarició el cabello, ella lentamente giró su rostro y cuando vio a Joseph se sorprendió. —¡Hola! —¿Qué haces aquí? —Vine a verte —¿Por qué? —¡Porque somos amigos!. —¿Lo somos? — a Joseph le dolió ese comentario. —Por supuesto pequeña, ¿Por qué dices eso? —¿Por qué? Pues porque hace casi un mes no vienes a verme, sólo porque tienes novia, me cambiaste Joseph, ya no soy tu mejor amiga — dijo Emma triste y Joseph la abrazó. —No tengo novia, y lo lamento, he estado con muchos proyectos de la escuela y me tocó hacerlos con Lisa, y el beso de hoy, fue mi primer beso, pero si te soy sincero no me sentí cómodo, y es algo que no va a volver a pasar. — Emma lo miró a los ojos y vio que le decía la verdad, ella definitivamente quería muchísimo a Joseph y no quería que él se apartara de ella.
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