Tomados de la mano salieron hacia el estacionamiento. —¿A dónde crees que vas? — ambos se giraron al oír la voz detrás de ellos. —Me voy con Joseph, él y yo tenemos que hablar. —¿Sólo hablar? — dijo pícaro. —Tony, ¿Quieres compórtate? — dijo Emma sonrojada. —Yo puedo hacer muchas cosas más. — dijo Joseph siguiéndole el juego a su cuñado y de un modo pícaro también. —¡JOSEPH! No le sigas el juego. — dijo golpeándole el brazo. —Bueno ¿y dónde irán a hablar?, ¿Al parque? — dijo sonriente. —No, a mi casa, ¿O quieres ir a la tuya? — preguntó mirando a Emma. —A la tuya está bien, aparte mi casa la comporto con mi hermano. —Ok, está bien, ¿Te llevamos? —No, trajimos auto, ¿Dónde vives? No quiero que después mi hermana desaparezca y no sepa dónde buscarla. — Joseph y Emma pusieron los