La luz del sol entraba por los grandes ventanales de la habitación. Emma abrió los ojos lentamente, por un instante olvidó dónde se encontraba, pero ese instante se esfumó cuando vió al hombre que estaba a su lado, sonrió como boba, no podía creer que estuviera con él, que habían tenido una noche muy apasionada, después de la primera vez, habían hecho el amor 2 veces más, ¿De dónde sacaban tantas energías y ganas? No lo sabía, pero tampoco era que le molestara. Llevó una de sus manos al rostro de él. Joseph sintió suaves caricias en su rostro, y sonrió feliz, ¿Cuántas veces había soñado despertar así? Cuando abrió los ojos se encontró con la imagen más hermosa que jamás imaginó. —Buenos días princesa, ¿Cómo amaneciste? — ella sonrió, y sintió miles de mariposas en su estómago. —Muy b