Aisha abrió los ojos, era muy temprano por la mañana, al voltear, pudo ver a Ahmed parado a un lado de la cama, estaba ahí mirándola fijamente, con esa sonrisa de medio lado que le encantaba. Lo observó por un momento, se veía realmente guapo, con esos profundos ojos azules, y esa barba corta, que lo hacían ver tan atractivo como siempre, Aisha se sintió feliz al verlo, tenía inmensos deseos de abrazarlo. Ella contestó la sonrisa antes de extender su mano para tocarlo, justo en ese momento, la figura de Ahmed se desvaneció en el aire. Ella volteó desesperada hacía los lados, pedía intensamente poder encontrarlo. No pudo evitar llorar de nuevo, había llorado tanto, hasta el punto que de sus ojos ya no salían lágrimas, el sueño se apiadó de ella envolviendola nuevamente entre sus brazos