Ahmed esperaba a Lyna para desayunar en un restaurante cercano, minutos después de que él salió de la casa, ella lo llamó para pedirle disculpas por lo grosera que se había portado, y para demostrar que era sincera, le pidió que la esperara en ese lugar. El árabe ya se estaba desesperando al ver que Lyna no llegaba, llamó a su celular sin recibir respuesta, empezó a preocuparse, ¿Y si le había pasado algo? Estaba por salir del lugar para ir a buscarla, cuando su celular empezó a sonar con insistencia, al ver quién llamaba se dio cuenta de que era la secretaria de Mía. —¿Qué pasa? —Le extraño que le llamara. —Señor, la señora Lyna ha entrado por la fuerza a la oficina de la señora Mía. —¡Demonios! Voy hacia allá enseguida. —Se levantó y se dirigió hacia la salida. El árabe se apresur