Bob habló por el micrófono.
—“Ve a verla ahora. Me reuniré contigo en el pasillo”.
Le habían explicado lo que tenía que decir docenas de veces, pero al final, todo se reducía a la elección de Bob como participante y al entrenamiento que le había dado. Bob estaba seguro de que Billy podría manejar esta tarea. De hecho, se trataba de una misión más complicada de lo normal, porque se esperaba que el participante utilizara su criterio. Era la primera vez en la historia del Centro Muerto.
Billy se había sometido a un cambio de imagen completo sin escatimar en gastos. Su ropa era de diseño y se había arreglado el pelo, la piel, los dientes y las uñas. Tenía toda la pinta de ser un pueblerino, así que ahora todo dependía de él si podía llevar a cabo la farsa,
Bob y Billy se encontraron fuera
