Los gritos de Adam se hacían presentes por todo el departamento, me daba pena por todos estos hombres que se encontraban reunidos aquí, intento no prestarle atención y solo me limito a rodar los ojos cn molestia, no tenia humor para discutir. David Black solo se matiene sereno sin decir ni una sola palabra. -Será mejor que me retire-comenta el hombre. Sin pensarlo dos veces me acerco hasta él, lo tomo del brazo y nos encaminamos al comedor, con Adam pisando nuestros talones. -Esta noche, usted nos acompañará a cenar.- comento intentando no estar sola con Adam. -Yo, no quiero molestar. -Acepta- comenta mi esposo, a lo cúl, David asiente. Constanza entra al comedor y o comienza a servir la cena y el vino, una vez que la mujer se retira, comenzamos a cenar nuestros alimentos, ninguno ha