Capítulo 6: (Actualización)
1000 Words
Bajo las escaleras para dirigirme al comedor, debo decir que físicamente estoy cansada pero mentalmente y sentimentalmente estoy muerta. Me controlo en cuanto observo al hombre que se encuentra en frente de mi. Quisiera pasar a su lado y darle un golpe en la cabeza.
-Buenos días-saludo para sentarme a un lado de él en la mesa, debido a que se encuentra un plato ahí.
Adam solo observa algo en su iPad mientras da un sorbo a su café. Ruedo los ojos y frunzo mis labios, molesta por esa actitud de superioridad.
Una mujer de unos cuarenta años se acerca a mi con un fruta. Le doy las gracias y también me sirve jugo.
-¿Quiere que le traiga su desayuno señor Wilson?
-Si por favor.
-Enseguida señor. ¿Quiere que le traiga su desayuno señora Wilson?
¡Diablos!
-No es necesario, solo quiero la fruta y el jugo, gracias.
-Compromiso, disfruten.
La mujer se retira y me deja con este hombre, quién solo me observa molesto.
-¿Es lo único que vas a comer?
-Si, me arruinas el apetito.
Adam deja caer su iPad sobre la mesa y se cruza de brazos. Mientras niega con la cabeza. Pero se contiene. La mujer se acerca con
su plato de comida y se aleja tan rápido como llego. Parece notar que el hombre a mi lado esta enojado.
-Una buena esposa se comporta bien.
-En primer lugar, no soy tu esposa.
-Aún.
-En segunda te hace falta modales. Y en tercera me voy, porqué tengo un día para pagar el local de mi madre y tengo que estar ahí. En verdad le quitas el apetito a alguien.
Me retiro sin siquiera despedirme de alguien, presiono el botón del elevador y puedo escuchar como me llama e intentar acercarse a mi, pero es imposible ya que el elevador sigue su ruta.
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En cuánto llegue a la pastelería me di cuenta de que tenía mi periodo, pero no era normal, era fuerte, y estaba sangrando demasiado. No era común en mi. Quería retorcerme del dolor. Mi cabeza punzaba a tal grado de pensar que algo saldría de esta. De la gaveta de mi escritorio saco una aspirina y la paso con agua.
El sonido de la puerta se hace presente, el cabello rosa de Emily entra y al verme mal corre hasta mi.
-¿Nat estas bien? Estas pálida.
-Estoy bien, es solo mi periodo nada de que preocuparse. Ya me tomé un medicamento.
-¿Estas segura?
-Si. ¿Qué sucede?
-Aquí afuera está el señor Belcher.
-Dile que pase-comento cansada.
La punzada en mi cabeza cada vez es más fuerza, tengo ganas de vomitar. El hombre aparece con su típico.
-Señor Belcher acordamos que mañana...
-No hace falta que diga algo, pero ya llego el dinero a mi cuenta. De hecho su prometido le tiene una sorpresa.
-¿Qué?
No esperaba que Adam pagará tan pronto. Ni siquiera soy capaz de procesar tanta información. Debido al dolor de cabeza que tengo.
-Este local no es solo suyo, también el de al lado es de usted.
Me entrega las llaves y me felicita por los locales y mi futuro matrimonio, incluso me comenta que espera la invitación.
Agarro mi celular y observo los mensajes del banco y del hospital, de que todo está pagado y en orden.. Emily entra a la pequeña oficina con cierta preocupación.
-Natalie ¿Qué paso?- pregunta, y lo único que recuerdo es cerrar mis ojos.
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Abro mis ojos y me encuentro en una sala blanca, puedo sentir un pinchazo en mi muñeca.
Giro mi vista y observo los ojos cafés de Emily observándome.
-Nat- susurra- ¿Te sientes mejor? En verdad me diste un susto terrible, nunca te había visto así.
-¿Qué me paso?
-Te desmayaste. Estuve preocupada.
-Pero ya me siento mejor.
La puerta se abre y deja entrar a Adam con un hombre muy apuesto, es un poco más bajo que Adam, pero solo por unos centímetros, su cabello lacio n***o y unos profundos ojos grises, los cuáles notan tristeza, puedo notar las leves bolsas, debido a la falta de sueño.
-¿Emily?- ella solo se encoje de hombros confundida.
-Disculpe. ¿Usted quién es?-pregunta mi amiga.
-Soy el prometido de Natlie.
-¿Prometido?
-Emily, después te explico, puedes dejarme a solas con ellos, por favor.
-¿Qué haces aquí Adam?- pregunto consternada.
-¿En verdad me preguntas esa mierda? Vine porque el guardia de seguridad, me llamó diciendo que te llevaron a urgencias después de ver como te subían al auto desmayada.
-¿Qué? Le pediste a uno de tus hombres que me vigilaran, también te dicen cuantas veces voy al baño
-¡Soy tu prometido y todo el mundo lo sabe! - lo fulmino con la mirada- Además debo preocuparme por mi prometida.
-No deberías preocuparte tanto.
-Te parece poco que tengas anemia. ¡Anemia Natalie!
-¡Lo se! Así empezó mi madre. Pero me estoy cuidando. No entiendo como sigo con ese problema.
-Sera mejor que me retire. Adam solo se preocupó por usted señorita Evas. Estábamos en su oficina cuándo le informaron eso. Por cierto soy David Black, mucho gusto en conocerla en persona.
-Gracias Black, pero tengo que hablar con mi esposa-con que él es uno de los Black.
-¡Aún no soy tu esposa! - chillo
-Pero lo serás pronto.
-Lo único que quieres es poder, por eso quieres casarte conmigo sabiendo mi situación, te aprovechaste de eso, ¡Y ni creas que me voy a acostar contigo, imbécil!, porqué solo quieres usarme y dejarme cómo si nada.
Ambos hombres se sorprenden, David Black, observa a un punto cualquiera y su mirada se nota triste.
-Los dejo solos, te voy a avisar cómo está todo el asunto- Adam asiente sin mirarlo- ¡Recueperese señorita Evans! - El señor Black sale y ambos nos quedamos observándonos, somos cómo dos fieras a punto de pelear.
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