Narra Leandro Miro a los ojos de Odalis y veo a una mujer. Ya no veo a la niña con coletas que saltó la cerca para jugar con Valeria. Veo a una mujer que deseo, una que me vuelve loco. Una mujer que estoy a punto de hacer mía. Saber que yo era el primer hombre en acostarse con ella hizo que mi pene se hinchara de deseo. Sé que no es virgen, pero me gusta saber que no ha estado con muchos hombres. Podría enseñarle tanto sobre el placer, sobre el deseo, que nadie más lo ha hecho. Deslizo mi mano entre nuestros cuerpos y deslizo un dedo dentro, su coño está apretado y húmedo haciendo que mi pene se mueva con anticipación.Necesito asegurarme de que esté lista para mi pene. Ella es tan apretada, y no quiero lastimarla. Quiero que esto sea tan bueno para ella como estoy seguro de que lo será