Al día siguiente Paul fue directo a la oficina de Virginia, la asistente le dijo que se encontraba ocupada, pero este hizo caso omiso. — ¿Es que ahora no sabes anunciarte? —Para que siempre me digan que estás ocupada, aún tengo cuentas pendientes contigo, no creas que lo he olvidado. —Kim, vete, eres una inútil, es más estás despedida. —Pero Sra. Virginia yo intenté detenerlo. —Nada, agarra tus cosas y lárgate. La joven salió llorando de esa oficina. —Sabes que la acabas de despedir sin causa alguna. —Eso a ti que te importa. —Tienes razón, pero hay algo que si me importa, alejate de Karen, suficiente daño has hecho ya. — ¿De que hablas? —Ahora te haces la tonta, ayer me encontré a Lissete y me fue clara que has ofrecido dinero para que eviten mi ascenso, además de haber enviad