When you visit our website, if you give your consent, we will use cookies to allow us to collect data for aggregated statistics to improve our service and remember your choice for future visits. Cookie Policy & Privacy Policy
Dear Reader, we use the permissions associated with cookies to keep our website running smoothly and to provide you with personalized content that better meets your needs and ensure the best reading experience. At any time, you can change your permissions for the cookie settings below.
If you would like to learn more about our Cookie, you can click on Privacy Policy.
En algún lugar del mundo. Encerrado en una habitación oscura, con apenas un ápice de luz colándose por una rendija de la ventana, está Alessandro. Tirado en el suelo, mirando el techo. ─señor, su padre a ordenado que se quede aquí, que no es momento aún de regresar a la ciudad. Dijo que... ─Otra vez es un rotundo ¡¡no!!. ─sale desde el fondo de su garganta casi como un gruñido. ─No señor. Su padre... —balbucea el hombre pese a verse imponente y bravucón. ─Ya no importa. ¡¡Mierda!! ─grita golpeando tan fuerte la pared que sus manos sangran. Ver su sangre gotear sobre el suelo, lo llevo a una especie de alucinación, una en donde por primera vez se le ocurre pensar en todo lo que su padre le ha dicho. ¿porqué lo odia tanto?, ¿porqué demonios lo ha maltratado al punto de ser sádico, si