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Nadie esperaba que esto se diera así, no se supone que encontrarían trapos lleno de sangre, o guiñapos en lo que antes era su ropa. ─Habló de cosas que le sacaron. ¿dónde están? ─pregunta Jenko centrándose un poco más en la investigación. Alguien tiene que centrarse menos en los sentimientos, pese a lo mucho que le afecta, ese es Jenko. El niño le pregunta rápidamente a su madre, y ella con ademanes lo guía, el niño va de prisa fuera al mismo lugar tras la especie de habitación de dónde ha sacado la ropa. Se lo entrega al detective como quien da un par de monedas. Al ver las dos balas que el pequeño le entrega, todos se miran entre sí. ─¿Pero está vivo? ─insiste Anton avivando su esperanza de encontrar a su hermano con vida. ─Sí. ─responde enseguida el pequeño. ─dormía mucho, y siempr