Capitulo IV
1075 Words
"Siempre estoy haciendo lo que no puedo hacer, para poder aprender a hacerlo"
Flashbacks
El no para de mirarme y yo no puedo parar de mirarlo.
Estamos sometidos a un duelo de miradas que ninguno quiere perder...
¿Porque?
Es nuestra naturaleza y mi naturaleza me grita que debo ganar.
El bartender se me acerca con el trago de whisky que pedí...
Haciendo que por una milésima de segundo dirija mi mirada a él.
Me dirijo a la barra, enojada conmigo misma por perder.
Pido otro trago de whisky y me lo tomo de un sorbo.
Estoy decidida a acercarme a él.
Giro y para mi sorpresa, ya lo tengo al frente.
A lo que vine.
Me aviento a sus labios.
Y los míos se deleitan con su suavidad.
No tarda ni medio segundo en responderme.
Con la misma avives, enredo mis manos en su cabello.
Desde que lo vi, quise hacer esto...
Nos separamos por la falta de aire.
-Vamos a un lugar privado. - susurra contra mi oído.
Y aunque mi lado razonable me pide a grito que diga que no...
No puedo parar
Además, solo será una noche.
Nadie se enterará y así poder quitarme las ganas de sentirlo contra mí.
-Claro- le susurro de vuelta.
Estaba tan centrada en llegar rápido, que no preste mucha atención hacia donde me llevaba.
El auto a parco y me di cuenta que estábamos al frente de la mansión D'Angelo y ya es muy tarde para arrepentirme.
Bajamos y sin hacer ningún tipo de ruido subimos al segundo piso el me guiaba ya que no podía ver nada...
Al momento en que escuche un click.
Me abalance contra el devorando sus labios, dándome la oportunidad de tocar cada centímetro de su piel.
La ropa empieza a estorbar y es el quien toma la iniciativa y baja el cierre de mi vestido, me coloco de espaldas para facilitarle el trabajo.
Siento sus labios presionarse en todo mi cuerpo enviando descargas eléctricas que se centran en un solo lugar...
Me giro dándome cuenta de que lleva mucha ropa.
Empiezo quitando su camisa botón por botón.
Deleitando me con la vista de sus Bíceps bien formados.
Me agachó a la altura de su cinturón y no puedo creer lo que estoy apuntó de hacer.
Desabrocho su cinturón y me apuro a bajar sus Pants.
Dejándome ver a su enorme m*****o Marcado a través de la delgada tela de su bóxer.
Deslizó mi mano hacia el interior y lo saco y valla que esta grande...
Masaje delicadamente se arriba abajo, deleitando me con eso pequeños ruidos varoniles que salen de su garganta.
Dirijo la punta hacia mi boca y lo saboreo, entro y saco y me encanta saber que soy yo la que tiene el control, que lo que hago lo satisface, siento como mis jugos se desliza por mis muslos.
Se tensa y me da a entender que está próximo a venirse.
Aceleró mis movimientos y siento un líquido espeso en mi boca, me lo trago.
Me levanto y me tiro en la cama él llega seguido de mi...
Sin ningún tipo de pudor abro mis piernas dejando que se deleite con mi sexo...
-Te quiero dentro, ahora- demandó.
Y no tengo que decirlo dos veces.
Entra en mi de una sola estocada haciéndome pegar un grito.
Sus estocadas son fuerte y certeras...
Haciendo esto sean aún mejor de lo que me había imaginado.
No paro de gemir.
Estoy a punto de llegar al extasis.
Este hombre es un Dios...
Acelera sus embestidas, lanzando estocadas que penetran lo más profundo de mi.
Sus labios toman los míos con posesión.
Y eso basta para desatar el más delicioso y maravilloso orgasmo que eh tenido.
Estoy tan cansada...
Me acomodo en su pecho.
Fin del Flashbacks
****
Nos encontramos en las puertas de la Mansión D'Angelo, ya que fuimos invitadas a una cena de celebración por la asociación.
Esta Mansión me trae recuerdos, que prefiero seguir enterrendo en lo mas profundo de mi conciencia.
Me decido por tocar el timbre y al instante, se abre la puerta dejándonos ver a un señor mayor con un el elegante traje...
-Buenas Noches, señoritas Duppont, síganme, las están esperando-habla al parecer el mayordomo.
-Soy Frederick, el amo de llaves de la mansión- aclara.
Nos dirigimos al comedor donde nos encontramos con la familia completa...
-Buenas Noches, disculpen la demora.
-Oh, no te preocupes cariño. - habla la señora D'Angelo.
No invitan a sentarnos, y accedemos, hablamos un poco de todo en lo que sirven la comida...
Se respira un aire tenso.
Empiezan a servir la comida y en eso guardamos silencio, solo se ven las gotas caer que poco a poco se van convirtiendo en un torrencial.
Comemos y disfrutamos del postre...
-Al parecer la lluvia no piensa cesar, aquí hay muchas habitaciones, pueden quedarse y mañana, mando a alguno de los chóferes a comprar unas prendas para que se cambien y puedan irse. - habla el señor Marcello.
-No, Gracias- respondemos a la vez...
****
Estamos en el salón contando anécdotas y chistes.
Esto me hace recordar, las noches de lluvia que pasábamos en familia, mamá y papá contándonos anécdotas de nuestra infancia., y revelando algunos secretos de las suyas... nunca faltaron las risas, nunca hizo falta nada.
-¿Cariño, Estas bien? - pregunta la Señora Anyelith llamando la atención de los presentes...
-Todo está bien. - aseguro.
Solo estábamos nosotras y Los D'Angelo.
A excepción de Massimo el mayor de los hermanos.
Seguimos la Velada.
****
Mía está dormida. esta es mi excusa perfecta para salir de aquí...
Me levanto y capto la mirada de todos...
-Mía está dormida, la llevaré a descansar- espero por las instrucciones que no necesito.
-Oh, claro linda, en el segundo piso al final del pasillo en ese pasillo hay 3 habitaciones y un baño...- Me explica la Señora Anyelith.
Sigo sus instrucciones me dirijo a la habitación del fondo ahí dejaré dormir a Mía y me encerrare en la que esta continua.
La dejo en la cama y la arropo y le doy un beso de buenas noches.
Al salir me aseguró de cerrar con cuidado y cuando voy a dirigirme a la otra habitación...
Lo veo.
Massimo D'Angelo.
Viene saliendo del baño, con una toalla alrededor de su cintura, dejando a la vista su marcado torso...
"Es un Dios"
"Sí Que lo es"- respondo.
Me preparo para el rumbo que tomarán mis pensamientos...
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