Seguían comiendo elotes, desde que volvieron en la camioneta del padre de Nadia, siendo que fueron a conocer varios campos de sembradíos de la familia.
Porque Sofía si se tomó muy en serio conocer aquellos campos, que parecía que se había equipado muy bien con un outfit granjero, con su camisa a cuadro de azul con blanco, con pantalones de mezclillas, con botas y con una blusa negra.
—¿Quieres ir a dar un paseo Kari?
—Si claro. —contesta ella.
Ya que estaba ocupada con su bolso, buscando algo en especial, que de casualidad no lo encuentra.
—¿Qué es lo que buscas amor? —le pregunta.
—Creo que he perdido mi cargador de mi celular. —le dice ella, continuando de buscar ahora sobre la cama.
—Ya buscaste bien en la tu bolsa.
—Si esta es la tercera vez que la busco.
Al ver Oliver, mira que Karina va, saca todo lo de su bolsa cayendo sobre la cama, ambos se ponen a buscar.
—Si quieres te presto mi cargador.
Karina solo asiente, en eso que él está por tomar el suyo para dárselo a ella, al ser que el suyo está sobre la mesita de noche a lado de la cama, sonríe al darse cuenta que hay está el cargador de ella.
—Amor. —dice Oliver.
Ella se encuentra volviendo a guardar sus cosas a la bolsa, cuando voltea a mirar a Oliver, siendo que lo que los separa es la cama, al estar cada uno a un extremo mirándose y Karina con una cara que no imaginaba que estuviera donde él le señala.
—Pásamelo por favor. —pide ella.
Enseguida él se lo da y ya Karina pone a cargar su celular.
—Estás lista.
—Sí, dejare cargándolo mientras volvemos.
Oliver asiente a lo que ambos salen de la habitación, bajando las escaleras.
—En serio.
—Oliver, te va gustar.
—Karina.
—Nadia.
—¿Piensan salir? —les pregunta Nadia.
—Si volvemos en un rato.
—Claro.
En eso de despiden, al ser dicho que volverán más tarde siendo que Sofía se encuentra en la cocina y Bruno dormido en su cuarto, siempre lo hace cuando viaja.
—Cómo vas con tu lectura. —dice Oliver.
—Tranquila.
—Lo bueno que hayas encontrado esa promoción de varios audios de cuentos.
—Si. —responde Karina.
Los dos iban tomados de las manos, caminando por un camino de tierra y a sus lados más campos de sembradíos, mientras van hablando continuando tomados de las manos hablando.
—¿Quieres que vivamos juntos?
Karina se encontraba mirando su alrededor, cuando escucha aquella pregunta que acaba de decirle Oliver que le sorprende un poco, al decir él.
—Karina fui muy directo.
Karina niega y responde:
—Solo me sorprende, lo dices en serio. —dice ella.
Al detenerse los dos por un momento, quedando cerca de un poste de luz.
—Si Karina lo digo muy en serio, solo quiero saber si estás de acuerdo.
Da ella un breve suspiro, pensando si acaso van algo rápido para vivir juntos, aunque llevan algunos meses, pero ahora tomar la decisión de vivir juntos es un gran paso, que es para ella.
—Esto es un gran paso para nosotros.
—Lo sé y sé que todo saldrá muy bien, entenderé si no quieres.
Karina sonríe al solo abrazarlo por un momento, y solamente voltea a verlo al asentir y decir:
—Espera no viviremos en la casa de tu amigo, Alejandro, debemos buscar un departamento. —dijo Karina sin mencionar nada de su propio departamento.
—No, buscaremos un nuevo departamento. —dijo él.
Empezaron a caminar de nuevo, hablando con el tema del departamento mencionando algunos lugares en donde rentan, porque claro quisieran comprar, pero saldría algo caro.
—Por ahora debemos rentar, ya que los dos trabajamos.
—Si.
—Y nos dividiremos los gastos.
—Si. —responde Oliver, de acuerdo en todo lo que ella decía.
Hasta que su camino cambio al ser elevada, dándose cuenta que es una bajada algo empinada y una subida, bajan por el camino con cuidado, ambos están tomados de las manos encontrando un lago no muy grande.
—Es muy clara el agua.
Los dos están parados mirando estando abrazados, viendo las hojas flotando y el sonido de los pájaros que se escuchan, se queda un rato al estar sentados a una piedra grande, que parece ser dejada hay para poder sentarse, a lo que él pone algo de música al traer solo él su móvil.
(https://www.youtube.com/watch?v=-hoZpSoKAYE)
En eso, comienzan a jugar lanzando una piedrita que salta sobre el agua, quedándose a lanzar algunas más piedritas mientras escuchan la canción.
—Qué piensa de vivir en un departamento de la calle Jazmín.
—La calle Jazmín. —dice al pensar, recordando donde queda esa calle.
—Si esa, en calle siempre rentan varios departamentos amueblados.
—Tal vez debemos ir a conocer algún departamento de ahí.
En eso que están hablando de los departamentos ubicados en la calle Jazmín.
—Hola chicos, hasta que los encontramos.
Los dos voltean al ver que es Sofía con Nadia, y otras dos chicas.
—Hola. —saludan los dos.
Ellas se acercan a saludar. Nadia presenta a sus dos amigas como Maribel y Gabriela, ellos solo saludan para después platicar a lo que Karina pregunta:
—Y ¿Bruno?
—Sigue dormido y no le dije nada, no quería despertarlo.
Karina solo mueve la cabeza, se encuentran caminando yendo a otra dirección que Nadia y las amigas de ella los llevan, a veces ella voltea a ver hacia donde esta Oliver, conversando las chicas, mientras detrás de ellos van Sofía y ella que sonríe.
—Sé que no hemos tenido la oportunidad de platicar, puedo preguntarte algo.
—Si claro.
—¿Cómo es que Bruno y tú se volvieron a ver?, ya que yo te creía en Italia.
—Bueno si estuve un tiempo viviendo haya, pero tenía el propósito de volver, entonces obtuve un ascenso al igual que me propusieron un puesto en la empresa, a lo que acepte enseguida, claro que ni tenía planeado para nada reencontrarme con Bruno, no sé si fue una coincidencia.
—O destino.
—No tengo la mínima idea, menos si debemos creerlo sugiriendo si fue el destino, pero siempre lo he querido mucho y tuvimos una muy buena relación de noviazgo, solo que ahora lo que ambos tenemos es más que eso.
—¿Amas a Bruno? Sofía.
Sofía sonríe al asentir y responder un.
—Si.
—Me alegra por los dos que hayan vuelto a ser novios, y que tú lo ames.
—Y siento mucho que él no te lo haya dicho antes.
—No te preocupes.
En eso que ambas iban platicando, se dan cuenta que ahora se encuentran paradas mirando el paisaje a una leve altura, donde se observan algunas casas, camino y animales pastando, dándose cuenta Karina que Oliver está a su lado.
—Me decía Gabriela que vive haya. —dice Oliver al señalar una casa, que medio se ve al igual la de Maribel.
Karina mueve la cabeza asintiendo, nada más ellos se encuentran cerca de un gran árbol que tiene un columpio colgando.
—Vengo enseguida, solo iré por unas tortillas de mano. —dice Nadia.
A lo que todos la acompañan a la casita azul que está a un lado.
—Señora Lulu. —dice Nadia.
En eso salen varios niños que la saludan a ella y a todos, hay uno de los niños dice fuerte.
—Ya viene mi mamá.
—Si. —contesta Nadia.
Es cuando una señora algo gorda, vestida sencillamente saluda.
—Señora Lulu me da veinte pesos de tortillas.
—Si mija.
Caminando un poco más adentro, viendo que hay una casa más chica y la mayoría de ellos entran.
—Es su cocina de humo. —menciona Maribel.
A lo que los tres asienten mirando el lugar, siendo una cocina rustica bonita con lo primordial que debe tener, una vez que tienen las tortillas se despiden y salen de ahí para volver a casa.
Van caminando todos hablando de varias cosas, mientras ríen con los comentarios de las chicas, bajando con cuidado para no caer.
—Espero ya haya despertado Bruno y nos esté esperando. —dice Oliver.
—Si.
No faltaba en llegar, antes Gabriela y Maribel se despiden ya que ellas deben irse.
—Bruno dormiste bien.
—Hola bien Sofía, y ustedes a donde se fueron.
Ellos comenzaron a platicarle de cómo les fue, al ir a la casa de la señora Lulu y que se subieron al columpio del árbol.