un ángel caido

todo comienza en el palacio del cielo, por mí fuerza y capacidad soy una de los soldados que dios tiene alta confianza, apesar de mí pasado el no me juzga y me trata como otro de sus ángeles, también porque mí madre es un ser amado en el cielo. Pero una niña nacida del amor de un ángel y un demonio, no es muy bien visto en el cielo por los demás angeles, así que ellos estaban en constante,alerta ante mi. -hija dios desea verte informo ser importante. al decir eso mí madre, yo salí directo a su oficina. Al abrir la puerta me encontré con un pequeño querubín, el cual dios me entrego. - Entrenarlo será tu obligación a partir de ahora, cuídalo y as que crezca para convertirse en un líder. -Disculpe mí señor pero que es el.....?, pregunté un poco desconcertada de lo que pasaba. -sera tu nuevo jefe. Al decir aquellas palabras el se retiró. Como un simple mocoso me daría órdenes a mi, yo soy la que lleva a todos sus soldados atrás de mí jamás obedecería a un mocoso que ni siquiera puede levantar los pies del suelo. Sin poder discutirlo, no tenía más opción que obedecer aquella orden, y enseñarle lo básico al niño, la única regla que tenía era mantener al niño alejado de el mundo humano, pero un poco molesta desobedecí aquella orden y le mostré el límite del cielo. (un lugar donde se encontraba la división entre los tres mundos, el cielo, el infierno y la tierra) el pequeño emocionado por la belleza de el mundo humano , no tardó en pedir ir a visitarlo, el cual lo rechace ya que apesar de todo eso seguía estando p*******o. Paso 7 años en que el mocoso seguía rogando por bajar al mundo humano, así que un día, sin darme cuenta el niño escapo del palacio alertando a todo el cielo, al correr a buscarlo lo encontré al borde de los mundo, el simplemente sonrió y salto, el aún no podía usar sus alas bien así que iba directo alas fosas del infierno, pero un pequeña ventisca que alboroto mí pelo, lo lanzó alas orillas de la tierra con un pequeño golpe en la cabeza, lo cual iso que bajará para llevarlo de vuelta, pero aquel niño jalo de mí gabardina y con sus pocas fuerzas susurro. -Porfavor déjame aquí.... La mirada del niño se veía tan decidido a estar en ese lugar que no tuve más opción que permitírselo, dejándolo en una aldea cercana, encontré una pequeña familia que no podía concebir crias y la llegada del niño lo vieron como un regalo de dios, luego regresando sola al palacio. Después de unos días sin noticia alguna de el, Dios mando a sus soldados a revisar el mundo humano, dejándome ala cabeza de todo, obviamente usaría esa posición para recorrer el mundo entero alejándonos de el pueblo donde lo había dejado, nadie sospecho nada asta que uno de ellos señaló el porque ese diminuto punto no lo recorríamos, apesar de que me mantuve Serena al contestar dios noto algo raro y empezó a dudar de mi así que iso sus investigaciones sin decirme nada. Pasaron las semanas y no habían sabido del paradero del niño, (a estás alturas ya lo habrían ido a buscar al pueblo). -general dios desea verla... 2 de mis soldados me escoltaron asta el palacio, eso nunca había pasado al entrar sentí un escalofrío en mis alas, la mirada de el penetrando mí interior de una forma aterradora mente indescriptible, el silencio inundó la habitación, asta que hablo. -hay soldados que afirman verte bajar y subir del mundo humano cuando el desaparecio, tienes algo que decir en tu defensa. con un poco de miedo contesté... -el salto, baje para traerlo de vuelta pero el suplico que lo dejara permanecer ahí por un tiempo, no pude negarme- dije mientras agachaba la cabeza. -donde está.... - lo siento no le puedo decir.... molesto mando a los 2 soldados que esperaban afuera, a qué me escoltaron al cuarto de castigo del palacio, donde pase 1 semana sin alimentos, creí que ese era todo su castigo, probablemente me de un pequeño sermón o se molestará bajando mí posicion, (si, que tonta fui al pensar eso). Después de 2 días más el entro a la habitación con el mismo rostro temible de la semana pasada y antes de preguntar que es lo que pasará, 2 soldados que nunca había visto me sujetaron de los brazos haciendo que me arrodillara, sin poder moverme, de pronto otro soldado entro se veía preocupado, tocó mí rostro y con lágrimas en sus ojos se disculpo. -donde está.....- pregunto una ves mas, -lo siento mí señor le prometí al pequeño no decir......- antes de terminar sentí un doloroso tirón en mí espalda, al parecer aquel soldado estaba jalando mis alas. -no quiero llegar a hacerte esto, no a ti así que solo dime dónde está. -no puedo el......- un grito desgarrador salió de mí interior, mí ala izquierda había sido safada de mí, luego sentí como sujetaban la ala derecha. -aun no es tarde dime dónde está... Yo no conteste nada solo miraba mí ala rota aún costado. -aun puedes salvar la otra solo debes... -la palabras de un soldado vale más que cualquier cosa y las promesas son inquebrantables no importa que suceda o que me haga no le diré dónde está el niño. Un horrible dolor que sentí en el momento que arranco mí ala derecha, aguantando el grito y el dolor, con la cabeza contra el suelo, no podía enderezar me el tan solo intentarlo dolía. -tu castigo será vagar en el mundo humano asta que decidas traerme a mí hijo. en ese momento ambos soldados me levantaron y llevaron al límite del cielo dejándome en la tierra. -lo sentimos mucho comandante... luego de eso ellos se fueron alejando..... dejándome ahí sola, desangrando me del dolor, y antes de serrar los ojos vi a un demonio subir ala tierra, revisando mis heridas.