Jenny Parker. El timbre suena insistentemente y a mí, me cuesta levantarme. Estoy tan cansada que me quedé dormida en el mismo sofá. Se sintió extraño llegar a mi apartamento y reconocerlo todo nuevamente, luego de todo un año fuera. La suerte fue que el servicio siguió trabajando todo este tiempo y mantuvieron mi casa limpia y en orden. De lo contrario, solo hubiera encontrado polvo por doquier. —Ya vaaaaa —grito, porque el timbre vuelve a sonar. Me levanto y con paso lento, me dirijo a la entrada. Me asomo por la mirilla y veo a Emily, mi mejor amiga, del otro lado, frunciendo el ceño, con los brazos cruzados y golpeando el piso con su pie. Sonrío, porque me alegro de verla y además, me divierte lo rápido que se irrita ante las situaciones. «Y dice ser psicóloga», pienso y ruedo lo