¡Atención! Sutil contenido erótico, lee bajo tu propio criterio. Ava observaba el mundo exterior a través de la ventana del auto, con un nudo en el estómago y un latido acelerado en el pecho. Los paisajes pintorescos pasaban ante sus ojos, pero su mente estaba demasiado ocupada con los nervios y la ansiedad. Los colores vivos de los pueblos y las zonas boscosas contrastaban con su agitación interna, convirtiendo lo que podría haber sido un paseo encantador en una experiencia abrumadora. A su lado, Daniel trataba de apaciguarla, ofreciendo palabras de aliento que resonaban en los oídos de Ava como una melodía tranquilizadora, sin soltar su mano, la cual ya estaba ligeramente sudorosa de tanta tensión que sentía. —Vas a estar bien, Ava. Estoy aquí contigo, y todo saldrá como planeamos —