El ramo de rosas hacía minutos que descansaba sobre las piernas de Ava, desde antes que comenzaran a hablar. Allí, dentro del lujoso auto deportivo de Daniel Busch, Ava pudo sentir la tensión en el aire mientras Daniel seguía aferrado a su obstinación de continuar con el matrimonio falso. Sin embargo, estaba decidida a calmarlo y encontrar una solución juntos. Como si su cuerpo se moviera sin siquiera analizarlo, con mucho ahinco y determinación, Ava comenzó a acariciar suavemente la mejilla de Daniel. —Daniel, por favor, escúchame —dijo Ava con suavidad—. Sé que esto está causando conflictos, pero… Antes de que pudiera terminar su frase, Daniel la interrumpió suavemente, tomando su rostro entre sus manos y sellando sus labios con un beso apasionado. La sorpresa hizo que Ava se quedara