Estaban a milímetros de distancia, Ava sentía que su corazón estaba a punto de salirse de su pecho cuando Daniel notó su nerviosismo, se separó un poco para verla mejor y la escrutó con sus hermosos ojos azabaches.
Él la tomó suavemente de las manos mientras acariciaba con dedicación el diamante del anillo que él mismo había colocado en su dedo anular, suspiró y le dijo:
—Ava, sé que esto es un compromiso falso, pero quiero que sepas que te respetaré y te trataré con el mayor de los cuidados.
Ella asintió con la cabeza, sintiéndose abrumada por el gesto de Daniel.
De repente y sin decir nada, él se inclinó hacia ella y le dió un beso suave en los labios, presionó con delicadeza y un suspiro salió de él por inercia. Ava intentó ocultar su sorpresa, pero no pudo evitar seguirse sintiendo un tanto incómoda, a diferencia de él.
Cuando Daniel se separó de ella, sus labios emitieron un sonido chasqueante. Ava miró con discreción a su alrededor, asegurándose de que nadie los estuviera observando detenidamente. Daniel sonrió y se atrevió a preguntar:
—Dime… ¿Te gustó eso, Ava?
Ava se mordió el labio inferior y respondió con una sonrisa forzada:
—Sí, fue bueno, Daniel.
Él parecía satisfecho con la respuesta de Ava y luego, de manera espontánea le dio un abrazo cálido. Su colonia era refrescante y sus fornidos brazos se sentían muy bien al parecer de la joven, que no hizo intento por separarse.
—Me alegra que estemos haciendo esto juntos, Ava. Vamos a hacer un gran equipo, ya lo verás. Todo saldrá a la perfección —le dijo.
Ava se sintió un poco más tranquila después del abrazo de Daniel y comenzaron a conversar sobre el trabajo y la empresa. Ella debía saber todo en absoluto sobre el funcionamiento de dicha entidad.
Ella todavía estaba luchando con sus sentimientos, pero estaba realmente decidida a hacer lo que fuera necesario para ayudar a su familia.
Mientras caminan tomados de la mano por la ciudad después de la cena, Ava se dio cuenta de que había la posibilidad de una química entre ella y Daniel, pero no podía ignorar el hecho de que su compromiso era falso y que, en cierto punto, no quería darle falsas esperanzas a Daniel. Decidió en ese momento, mantener su distancia emocionalmente, al menos por ahora.
Al día siguiente de ese acontecimiento, Ava presentó su carta de renuncia en el restaurante. Las miradas extrañas de sus compañeros de trabajo le quemaban la piel, odiaba esa sensación y agradeció cuando le dieron su tiempo para luego salir de allí como si se tratara de una carrera. En verdad deseaba salir de aquel lugar.
Ese mismo día, Ava comenzó su primer día en la empresa de Daniel, InterStellar Financial Group, con el nerviosismo y las dudas rondándole la cabeza.
Ella llevaba su anillo de compromiso falso en su mano y temía que alguien lo notara, pero de hecho le sorprendió que ya todos lo sabían de antemano al parecer.
Notó un par de miradas amigables, pero unas cuantas, sobre todo de muchas chicas, que la veían de manera despectiva, como si desde ya la despreciaran y odiaran a muerte.
Cuando entró a la oficina, todos la saludaron y felicitaron por su compromiso con Daniel. Ava sonrió incómodamente y se esforzó por ocultar esos sentimientos que se incrustaban en su pecho.
Daniel la recibió en su oficina y le explicó sus tareas y responsabilidades. Ava estaba emocionada de trabajar en una empresa tan importante y estaba lista para aprender todo lo que pudiera.
Además, la carrera de Administración que estaba llevando los días sábados hacía dos años -pero que por razones de dinero no pudo continuar-, en verdad le ayudaba mucho para desenvolverse en ese lugar.
A medida que pasaban los días, Ava se adaptaba cada vez más a su papel de asistente personal. Aprendió a manejar la agenda de Daniel y a coordinar sus reuniones.
Ava también hizo algunos amigos dentro de la empresa. Conoció a una chica llamada Emily, que trabajaba en el departamento de recursos humanos.
Ella y Ava compartieron muchos intereses y rápidamente se apagaron en amigas cercanas. A menudo salían juntas para almorzar y hablaban de todo, desde el trabajo hasta sus vidas personales, bueno… Lo que Ava debía fingir que era.
La joven también comenzó a trabajar en proyectos más importantes en la empresa. Daniel le dio la oportunidad de trabajar en diferentes tareas y proyectos, lo que la ayudaba a aprender más y a crecer en su papel.
A medida que pasó el tiempo, Ava se sintió más segura en su trabajo y en su compromiso falso con Daniel.
Sin embargo, todavía había momentos en los que Ava se cuestionaba su compromiso falso. Había veces en que sentía que era injusto para Daniel y para ella misma.
No podía evitar preguntarse si alguna vez sería capaz de amar a Daniel como él la amaba a ella. Ava se sentía atrapada en una situación incómoda y no sabía cómo salir de ella.
Un día, mientras Ava estaba trabajando en su escritorio, recibió una llamada de Daniel. Le dijo que necesitaba hablar con ella en su oficina de inmediato. Ella sintió que algo estaba mal y se apresuró a llegar a su oficina.
Cuando llegó, Daniel estaba sentado en su escritorio con una mirada seria en su rostro.
—Querida, necesito que me hagas un favor —dijo él, con un dejo de entusiasmo.
— ¿Qué favor? —preguntó Ava.
—Necesito que me acompañes a una cena de negocios en un par de noches. Debes pretender ser la dama adinerada que ya sabes que eres. No eres López, eres Spencer, ¿entendido? —explicó Daniel—. Es importante para mi negocio que parezca que estoy muy comprometido contigo y que eres de clase alta.
Ava se quedó atónita. No sabía si estaba lista para hacerse pasar por alguien que en realidad no era. Por otro lado, sabía lo importante que era para su empresa y no quería decepcionarlo.
—¿Puedo pensar en ello? —preguntó Ava.
—No hay mucho tiempo para pensar —dijo Daniel—. La cena es en un par de noches. Necesito una respuesta ahora.
La joven tomó una respiración profunda y finalmente aceptó, no tenía de otra. Se dijo a sí misma que solo era una cena de negocios y que no significaba nada más. Sin embargo, sabía que estaría poniendo su compromiso falso a prueba. Simplemente no pensó que todo fuera a ser tan rápido.
¿Podría hacerse pasar por la prometida de Daniel sin que nadie se diera cuenta de que era solo una mentira?