De golpe, el día que Ava había estado temiendo finalmente había llegado. Su corazón latía con una mezcla de emoción y ansiedad mientras pensaba en conocer a la familia de Daniel. La idea de enfrentarse a sus padres y a su hermana menor, que resultaba ser nueve años mayor que ella, generaba una serie de interrogantes en su mente. ¿Cómo sería su primera impresión? ¿Se llevarían bien? Todas estas preguntas llenaban sus pensamientos, pesando sobre ella como una carga que le estaba costando llevar. La presión de causar una impresión positiva en la familia de Daniel pesaba sobre sus hombros, y Ava podía sentir cómo la tensión se acumulaba en su cuerpo. Se preguntaba si estaría a la altura de las expectativas y si podría encajar en el mundo en el que Daniel había crecido. De inmediato, Daniel